De obtener inspiración hasta la correcta expresión de aquello que se quiera transmitir en cualquier contenido en general y en un blog en particular hay un trecho que en ciertas ocasiones la propia inspiración no acaba de cubrir. Si al encontrar inspiración se cuenta además con un desarrollo elaborado en relación a una retórica genuina y se dispone de unos fundamentos bien definidos, de manera particular en cuanto a la temática, habrá mayores opciones de acabar elaborando un contenido con calidad.
Que brote la inspiración no significa que esté todo hecho: tanto es así que la inspiración a veces resulta fortuita y no pasa de ahí, o sea, no deriva en un contenido desarrollado de una mínima calidad. La manera de asegurarnos en la mayor medida posible de que cuando surja encuentre además la manera de acabar dando un contenido final que sea al mismo tiempo del mayor agrado posible entre el público y caracterizado por una impronta personal, es que estemos en condición de aplicar una retórica bien elaborada y de contar con unos fundamentos temáticos firmes. Si estos últimos coinciden con los de otra gente, y ya que al abordar de forma concreta lo que además está relacionado con la inspiración nos referimos precisamente a casos de blogs de tipo más bien personal, no tiene por qué ser una pega pues lo que especialmente va a hacer que los contenidos sean propios y particulares en tal caso es la retórica que empleemos. Y basar lo retórico en lo que ya alguien emplee, o haya empleado, no está en absoluto mal mientras no caigamos en la copia descarada. La manera de expresarse bien, sea escribiendo, haciendo fotos, elaborando un audiovisual, etcétera, resultaría, en la línea de lo expuesto, algo que a nivel genérico, y de manera específica en los contenidos personales, está condicionado por el resultado que a cada cual le dé, básicamente, la combinación que haga de inspiración, fundamentos temáticos y retórica.
Aunque, tanto si eres un bloguero potencial, incipiente o experimentado, te resulte difícil el proceso que te lleve a realizar contenidos personales que consigan ser reconocibles en tanto que genuinos pero a la vez del mayor efecto posible entre el público, la manera en la que tal efecto se consiga, se mantenga y sea posible que cada vez aumente pasa por esforzarte en dominar ese proceso, el cual combina búsqueda de inspiración, una temática definida y el desarrollo de un estilo retórico. En cuanto al asunto concreto de la retórica: aun estando a su vez inspirada por el estilo de otro, o de otros, debes desarrollarla de tal manera que salvo que quieras hacer por ejemplo algún tipo de homenaje a quien te sirvió de inspiración estilística, se pueda reconocer que la referida retórica es genuinamente, o casi genuinamente, tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario