¿Y si hago retórica a base de imagen?

Pese a que la retórica se asocie por defecto a lo escrito y a lo oral, tiene su dimensión en la elaboración de imágenes, sean estáticas o en movimiento. Quizá no acostumbre a jugar un rol tan determinante en el hecho de que se consiga una expresión que caracterice, en su dimensión más amplia, la autoría a la vez que se da sustancia al mensaje, pero en una pieza elaborada a partir de imágenes, se trate de un dibujo, una fotografía, un audiovisual, etcétera, también cabe el recurso a figuras de las que dispone la retórica.

El estilo de los contenidos en formato imagen, tanto si es estática como en movimiento, probablemente se acostumbre a definir fundamentalmente en base a aspectos, en el caso de imágenes estáticas, como el color y la composición; y en el caso de imágenes en movimiento, tengan o no audio, aspectos como el tipo de planos y las transiciones. Al abordar contenidos de temática más bien personal y expresiva, con las imágenes hay igualmente cabida para figuras retóricas, del mismo modo que en los lenguajes escrito y oral: únicamente hay que encontrar también la manera de hacerlas al mismo tiempo genuinas pero comprensibles, aunque no por esto último fáciles y demasiado evidentes. A la retórica a base de imágenes seguramente no se preste, según nos parece, tanta atención al definir un estilo si no es por parte de gente muy interesada o experta en el ámbito porque efectivamente se pueda considerar la retórica algo mucho más característico y abundante en las piezas escritas y orales, ya que en imágenes una figura retórica, aunque se tenga muy clara, requiere, por la idiosincrasia de la elaboración de una buena imagen, o secuencia de imágenes, una tarea de más requerimientos técnicos; o sea que una figura retórica en imágenes depende de que quien ejerce la autoría emprenda algo más que coger un utensilio para escribir, o bien pronunciar el discurso con su propia voz: necesita un instrumental más específico, y la habilidad para usarlo. Sin embargo, una retórica bien lograda en formato imagen contribuye, de manera particular en los contenidos que consideramos más bien de tipo personal, a fortalecer la expresividad que se quiera transmitir: por ejemplo, cuando en imagen plasmamos ciertas yuxtaposiciones de elementos podemos establecer una figura retórica en forma de símil.

Con los contenidos a base de imagen, de habitual está bien que prestes atención a lo esencial que acostumbra a considerarse definitorio del estilo como pueda ser el color y los planos, lo cual vale tanto para contenidos personales como no personales. Pero si te preguntas ¿y si hago retórica a base de imagen? en el caso sobre todo de los contenidos personales, o de tipo expresivo artístico en general, entonces adelante: en la medida que te veas con capacidad suficiente resulta genial que procures aplicar aunque sea de vez en cuando los recursos de la retórica, como símiles, metáforas, etcétera, pero convenientemente adaptados a las particularidades que el formato imagen tiene.

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