El público también percibe que hay o no adecuado control

Realizando una acción de transparencia debiera conseguirse que el público aprecie lo mejor posible el hecho de que un proyecto esté bien controlado. No obstante, aunque la transparencia no se practique o se practique poco, no hay que descuidar que el público tiene capacidad de por lo menos intuir si hay adecuado control en la iniciativa que se lleve a cabo, y hay también que tener presente que de esa capacidad del público emanan en gran medida las posibilidades de que el proyecto consiga fidelidad entre tal público, ya se trate de un único público muy específico, de varios públicos altamente diversificados, o bien, de algún grado intermedio entre estos extremos.

Más allá de la dimensión interna del proyecto, sea individual o grupal, el control tiende a trascender, o por lo menos eso debería ser lo que ocurra por lo común, de tal guisa que no sólo, al estar bien ejercido, ese control genera autoconfianza, o en cambio, confianza intragrupal, sino que el público también percibe que hay o no adecuado control; y percibiéndose por el público un adecuado control de proyecto se produce satisfacción en tal público, conduciéndole a que tenga respecto a lo que hacemos un mayor grado de confianza y de fidelización. Por lo que conocemos, la fidelización se reflejará, y en concreto en la blogosfera, en unos mínimamente relevantes datos en cuanto a índices de interactividad: esto, por tanto, nos conduce ahora a vincular control de un proyecto e interactividad, refiriéndonos en particular a interactividad bidireccional. Ante un proyecto percibido en tanto que controlado adecuadamente y, por tanto, del que se desprende que hay un individuo, o un grupo, con el aprendizaje permanente y el chequeo por banderas, todo público tendrá más predisposición a interactuar respecto a la iniciativa, y en general con toda probabilidad a hacerlo transmitiendo valoraciones en positivo.

Un volumen importante de interactividad bidireccional, en muchos ámbitos pero en especial en la blogosfera, lo generas gracias a la fidelización; y un público fidelizado lo consigues si despiertas en él confianza en cuanto a lo que haces. El adecuado control que ejerzas en tu iniciativa será la clave para que, además de producir confianza contigo mismo o con el grupo del que de manera mínimamente constante dispongas, el público confíe en esa iniciativa de la que se trate, se fidelice respecto a la misma e interactúe con ella de relevante manera.

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