Valoraciones directas e indirectas

Hay valoraciones directas que no son abiertas, además de las propias del equipo que forme una iniciativa grupal: sería el caso de aquellas opiniones que, si bien son hechas llegar directamente a quien sea responsable de una iniciativa, no es bajo solicitud de ese responsable. Serían calificables, por su parte, de valoraciones indirectas las que se hagan, en modo más público o más privado, pero mediante un canal del que tal responsable de proyecto casi, o en ningún modo, participe.

Toda valoración abierta es directa, aunque pase por ciertas instancias intermedias si se da el caso, y para toda valoración directa, sea abierta o no, acostumbra a haber, en proyectos llevados a cabo de manera sanamente ambiciosa, canales dispuestos a tal efecto de recibir opiniones y, si procede, de dar respuesta a lo que por tales canales llegue: estos canales, bien utilizados, son en definitiva vías de producir interactividad bidireccional, retroalimentación con los agentes vinculados; y la blogosfera es a fechas actuales, y por lo menos desde nuestra perspectiva, el ámbito en el que se concreta más y mejor esta clase de canales. En particular la microblogosfera, o sea las redes sociales, permiten a prácticamente cualquier iniciativa que se lo proponga tener suficiente capacidad de favorecer un flujo de valoraciones desde todos los agentes vinculados y de dar respuesta a tales valoraciones, todo ello con gran facilidad y notable inmediatez. La blogosfera además difumina bastante el límite entre valoraciones directas e indirectas, pues aunque se haga una opinión, de manera pública, en un blog, sea tal blog de la macroblogosfera o de la microblogosfera, y ese mismo blog no tenga vínculo directo con aquello de lo que se esté opinando, tal opinión será rastreable con bastante facilidad mediante algún motor de búsqueda.

En toda compilación de valoraciones respecto a un proyecto, con tal de realizar la valoración propia más acertada, es de suma importancia la consideración de valoraciones directas e indirectas. Ambas clases de valoraciones, en la actualidad y a causa de la blogosfera, son más fáciles no sólo de producirse, sino de difundirse públicamente y, en especial en el caso de las indirectas, también más fáciles de ser encontradas.

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