Al simular imprevistos que puedan afectar a la elaboración de blogs, o de canales de comunicación más o menos similares, los objetivos son en esencia cuatro: dos deben ser de obtención inmediata, otro de confirmación futura y un último de aplicación tanto inmediata como futura. Consiguiendo que se cumplan todos, el proyecto en el que se aplique el simulacro en cuestión estará afianzando su solidez en base a una eficiente capacidad de reacción ante prácticamente cualquier imprevisto por muy adverso que éste se presente.
La doble finalidad que en exclusiva de modo inmediato debemos perseguir al someternos a propósito ante una situación que sería imprevista para nuestro habitual quehacer bloguero es, por un lado, ganar nosotros mismos en autoconfianza, y por otro lado, que no se note nada, o prácticamente nada, del simulacro por parte del público, o de los públicos; para cualquiera que visite nuestro blog, lo que encuentre tiene que ser lo mismo que si no estuviésemos haciendo adrede una prueba ante imprevistos y ni siquiera debe saber que estamos haciendo tal prueba. El objetivo a cumplirse sólo en un futuro es de pura lógica: se trata de que cuando en verdad ocurra el imprevisto que hayamos simulado seamos en efecto capaces de hacerle frente, sin que tampoco nadie de entre todo público receptor aprecie que hemos tenido un imprevisto auténtico. Una cuarta y última finalidad es la de, habiendo realizado, o estando realizando, una simulación de un cierto imprevisto, ser capaces de prever otros hechos fortuitos que nos puedan condicionar en nuestra actividad bloguera; asimismo esta previsión conviene que la ejercitemos en cuanto en verdad se esté produciendo, o se acabe de producir, el imprevisto en cuestión.
Del cuádruple propósito que tienes que acometer al producir adrede lo que de no hacerlo serían imprevistos, el último está bien que te preocupe en especial en el momento del propio simulacro. Cuando en un futuro se produzca el imprevisto de verdad, lo fundamental es solventar tal imprevisto y si no da tiempo en el mismo instante a prever otros imprevistos déjalo para otro momento, atiende lo más urgente y que es anular, o por lo menos minimizar, el impacto del imprevisto del que sea.
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