Modulando la velocidad

Tras haber ganado capacidad de mantener un mismo nivel mesurado de atención tanto en situaciones excepcionales como en las controladas, lo único que debiera ser cambiante cuando convenga es la celeridad con la que se realicen las tareas del proyecto del que se trate. Lo importante tiene que en todo momento recaer en que lo que se ofrece a todo público receptor no disminuya en buena calidad por haber sido, eso ofrecido, realizado en situación excepcional.

La mayor o menor velocidad con la que, sin reducir la buena calidad, elaboremos lo que ofrecemos a nuestro público, o a nuestros públicos, no tiene que depender necesariamente de manera respectiva de si el proceso por el que hacemos nuestras tareas, blogueras o no, está bajo situación excepcional o normal. De entrada pudiera parecer que en una situación anormal debe actuarse sin más opción con la máxima velocidad para solventar la problemática cuanto antes, mientras que la velocidad lenta debiera ser lo propio de situaciones bajo control por ser situaciones en las que la previsibilidad contribuye a que sea lo mejor el proceder con calma. No obstante, ser capaces de ir adecuadamente modulando la velocidad en nuestras tareas del proyecto del que en mayor o menor medida nos ocupemos puede que requiera en ocasiones lo contrario a esa fácil asociación: en una circunstancia excepcional, en especial cuanto más imprevista sea, la actuación con calma puede ser lo idóneo, antes que precipitarnos y agravar el riesgo que la propia situación conlleve; por su parte, en instantes de calma, aprovechar para llevar a cabo con rapidez la totalidad, o las máximas, de nuestras tareas, nos beneficiará, por lo menos también, en el sentido de acabar pronto y disponer así de más tiempo para otros asuntos.

Entre aquello a lo que te conviene dedicarte en cuanto termines rápido lo que, siempre procurando no hacer que baje la buena calidad, ofreces a todo público al que hayas más o menos captado, está la práctica de simulaciones de imprevistos. Si además has terminado la realización de tus tareas precisamente bajo circunstancias excepcionales muy imprevistas, será un buen momento para poner en marcha un simulacro de lo que justo hayas acabado de más o menos solventar, para disponer de mayor preparación en cuanto esas circunstancias se puedan repetir.

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