Hasta tal punto es relevante dar tanta importancia al contenido como al formato que cuando en uno de ellos se comete algún error pero por lo menos en general el otro está bien hecho éste sirve respecto al primero de motivo para obtener disculpas ante el público, o los públicos, por el error del que se trate. Lo ideal en todo caso, no obstante, es que, al procurar que tanto contenido como forma estén bien elaborados, tales disculpas no se tengan que buscar.
Debido a que el ámbito de los contenidos es donde más tenemos que profundizar en ofrecer novedad en general, y efecto sorpresa en particular, es el ámbito en el que corremos más riesgo de cometer errores. Cuanto más dinámico sea nuestro blog más debemos estar permanentemente atentos a procurar que los contenidos, pese a tal dinamismo, los ofrezcamos sin errores de ninguna clase; sin embargo, un buen formato general bloguero y particular del contenido en cuestión, puede hacer que de cometer algún que otro desliz éste quede fácilmente disculpado por todo público receptor, pues si lo que transmitimos es formalmente correcto a nivel genérico, el error de contenido puede que no resulte sustancial. Asimismo, unos buenos contenidos pueden disculpar, también hasta cierto punto por lo menos, un formato que tenga algún error. Conseguir que contenidos y formato se complementen adecuadamente en el máximo grado posible y que ninguno tenga que disculpar al otro es lo que hará que nuestro proyecto bloguero obtenga una mejor opinión de cualquiera que visite lo que hacemos. No es bueno que nos relajemos realizando un buen contenido pero sin preocuparnos del formato al pensar que tal contenido lo disculpará, ni al revés.
Mientras por lo que sea no tengas opción de ofrecer un buen contenido a la vez que un buen formato, pero como mínimo seas capaz de hacer bien uno de ellos, no tienes por qué frenar tu emprendimiento de un blog. Ponlo en marcha aprovechando que mientras ofrezcas en uno o en otro una cierta calidad esto disculpará aquél en el que flojees. La buena calidad tanto en contenido como en formato siempre acostumbrará a ser, de hecho, algo que, por mucho que le dediques un intenso cuidado preliminar, no conseguirás hasta que el blog esté activo y evolucione.
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