No hay que tener prisa por avivar lo innovador

En lo que a falta de originalidad se refiere, alguien que sea joven y tenga veteranía emprendedora, por haber dejado atrás el riesgo de caer en lo sucedáneo tiene como mayor obstáculo el estancamiento. La diferencia, en general por lo menos, respecto a un emprendedor veterano de edad avanzada es que éste último debiera contar con experiencia acumulada suficiente como para hacer que el tiempo necesario hasta volver a ofrecer algo que resulte innovador no fuese demasiado largo. Por lo demás no merece mayor atención específica lo que a un emprendedor joven y veterano le pueda resultar peligroso en cuanto a ausencia de innovación.

Al carecer del bagaje que la propia edad acostumbra a proporcionar, el joven emprendedor que haya conseguido aportar originalidad puede fácilmente que ante el nuevo riesgo que el estancamiento le supone se encuentre ante un riesgo de otra índole: la ansiedad por reavivar la originalidad. Si bien la originalidad, una vez conseguida debemos ir avivándola, un veterano de cierta edad avanzada, por la propia experiencia considerable que debiera haber acumulado, no tendrá difícil conseguir innovar nuevamente de modo bastante más rápido que un emprendedor veterano pero joven. Así, puede resultar fácil que el emprendedor, blóguer o no, veterano pero joven caiga, ante la reciente consecución de un mérito en cuanto a innovación, en el ansia por querer más y de la manera más rápida posible. Si es la edad lo que aporta, en buena medida por lo menos, el bagaje que a su vez permite la mayor rapidez en cuanto a reavivar la originalidad, debemos, si somos veteranos perteneciendo a una franja de edad joven, evitar que las prisas nos consuman, aun disponiendo de mucha originalidad nueva que aportar: del mismo modo que no habiendo pasado del riesgo que lo sucedáneo implica, tenemos tiempo suficiente por delante como para volver a elaborar, al tiempo que precisamente por evitar precipitarnos disfrutaremos más de la innovación que ya hayamos conseguido ofrecer.

Igual que en general es nocivo proceder apresuradamente y, más en concreto, no hay que tener prisa por avivar lo innovador, tampoco debes apresurarte en particular por avivar lo innovador siendo un emprendedor joven. También son nocivas las prisas particularmente siendo de edad no tan joven, en el caso concreto de que ante la eclosión de proyectos de gente joven te veas ante la ansiedad por ejercer tu capacidad de reavivar el carácter innovador ante cualquier público al que te dirijas. La edad aporta de por sí bagaje, por poco que éste sea, así que no te agobies, pues lo que a lo largo de mucho tiempo hayas recabado acabará, con toda probabilidad, por proporcionarte una nueva vía por la que reavivar lo original, tal y como ya habrás ido haciendo a lo largo de tu mínimamente dilatada trayectoria.

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