Grado de elaboración y de originalidad puede que vayan muy unidos y, de hecho, si se consigue una buena combinación al respecto en cuanto a poner en marcha, o bien, reimpulsar un blog, u a otra clase de proyecto más o menos parecido, se estará haciendo una labor de gran potencial. Aunque tal combinación pueda en ocasiones lograrse al instante, desde una perspectiva sucesiva la tarea correspondiente al grado de elaboración es, en todo caso, previa a la tarea por la que la originalidad acaba concretándose.
Un blog, mientras lo pongamos en marcha, o lo reimpulsemos, con un mínimo grado de buena elaboración, siempre será mejor que no disponer de blog alguno; y un blog bien elaborado y además original es, por supuesto, aún mejor. El buen grado de elaboración de prácticamente cualquier cosa es lo que nos permite definir a tal cosa como lo que debe ser dentro de la clase de cosas en la que queramos que se la considere incluida: si un blog está bien elaborado, cualquiera podrá estar de acuerdo en que ese blog es en efecto un blog; si el blog además es original por lo menos en cierto grado, entonces estaremos ante un blog al que le podemos reconocer una buena calidad, aunque ésta sea mínima. Que un blog esté bien elaborado, así pues, no implica que el blog sea de buena calidad, sencillamente nos permite aceptar que el blog en cuestión es un blog, pero para considerarlo de buena calidad el blog debe aportar de un modo u otro originalidad, sea en la forma, en el contenido, o preferiblemente, en ambos. En caso de que nos cueste encontrar la originalidad, sin embargo, no nos parece mala idea poner en marcha de todas formas un blog, mientras como mínimo el blog en cuestión esté bien elaborado; así, cuando estemos en condición de aportar originalidad, ya tendremos una base de elementos puestos en marcha y un recorrido de los que aprovecharnos para, entonces sí, hacer que el combinado entre elaboración y originalidad sea una realidad patente y adecuada.
A la originalidad por sí sola no le encontrarás fundamento, pues lo que es original lo es siempre por comparación a algo previo, en general a muchas cosas previas, respecto a lo cual supone novedad: es en este sentido que puedes corroborar que la elaboración va antes que la originalidad. Hasta tal punto esta sucesión es así que probablemente la originalidad únicamente la consigas tras haber asimilado y comparado muchas elaboraciones de otros, e incluso tras llevar ya cierto tiempo con una elaboración propia. Si esperas a captar primero lo original, la elaboración que en todo caso hagas acabará teniendo, con toda probabilidad, mayor riesgo de repetir lo que alguien más ya haya realizado.
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