Cambios intracontextuales

Por más cambiante que sea un contexto, se trate en mayor o en menor medida de uno de calado histórico, no todo lo anterior se esfuma, por lo menos no de la noche a la mañana. Lo estandarizado que, incluso teniendo un origen muy remoto, permanece da una buena muestra de lo que en todo contexto queda, por poco que sea, de como mínimo el contexto anterior más inmediato.

La propia blogosfera entendida también en tanto que contexto ha tenido en su, aunque aún breve, intensa historia un momento relevante por lo menos de cambio intracontextual: el que nos ha permitido hacer la distinción entre macro y microblogosfera, esto es la propia aparición de las redes sociales. Cada blog en particular y cada proyecto blóguer en su conjunto, a medida que avancemos en ciclos de trayectoria, tendrá asimismo, salvo casi sólo en casos de macroblogs muy estáticos, sus cambios intracontextuales que, en el caso de las redes sociales y en lo que concierne al diseño genérico del perfil que sea, irán muy en función de la propia red social tal y como es característico en el entorno microbloguero. Cambiar intracontextualmente a nivel del propio estilo del que dotemos nuestros textos, entendiendo texto más allá de lo alfanumérico, es una decisión que si va a afectar al estilo en cuestión de manera muy profunda vamos a tener que procurar tomar pensándola a conciencia, y más si hemos conseguido fidelizar con tal estilo a cualquiera que sea nuestro público; si en verdad con tal situación queremos optar por desarrollar una línea estilística muy diferente a lo realizado hasta el momento, es digna de que tengamos muy en cuenta no la transformación de lo que ya ofrezcamos sino la opción de impulsar algo completamente nuevo, asumiendo lo que ello conlleva de empezar desde cero pero que nos parece que será mejor en cualquier caso que desvirtuar lo que ya esté en marcha.

Todo cambio intracontextual de tu blog, siendo un cambio hecho a conciencia, debes hacer que emane de tu adecuada inspiración, por tanto de una decisión fruto de haber buscado entre introspección e interactividad pero evitando que te condicionen en exceso tanto los cambios más extracontextuales como tu espontaneidad más impulsiva. Se trata de que en tu blog, por más opciones de cambiar y recambiar que existan, ejerzas un cierto control del que resulte una mínimamente bien forjada identidad.

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