La perfección completa no sólo no es con toda probabilidad fácil de alcanzar sino que no es deseable aunque es necesaria cierta meticulosidad, y lo nuevo, acabe siendo o no y con más o menos razón considerado un error, es del todo aceptable en tanto que natural. En medio de todo esto se deben acabar elaborando, a nivel comunicativo, piezas que estén bien sintetizadas, que no necesariamente abreviadas.
En todo texto, entendiendo texto independientemente del formato mediático y por tanto más allá de lo alfanumérico, la síntesis pertinente es indispensable y si bien, desde nuestra perspectiva, hay que diferenciarla de lo que implica abreviar, también resulta conveniente, y no sólo en los contenidos personales, distinguirla de la precisión. Algo que puede con facilidad contribuir a frenar, quizá en base a una autoexigencia que si no fuera extrema no sería del todo mala, el emprendimiento por parte de un blóguer, u otra clase de emprendedor en especial de ámbitos parecidos, es la inseguridad por no ser preciso, lo cual no deja de ser un modo de inseguridad ante el error e implica una noción a nuestro juicio inadecuada en cuanto a que un texto bien sintetizado, o sea bien elaborado, debe ser un texto preciso. La precisión tanto en la forma como en el fondo no es deseable ni pertinente por sistema en toda pieza comunicativa: en lo artístico esto es aceptable de por sí en alto grado, pero incluso en lo técnico y más cuando estemos abordando temas de suma complejidad, la búsqueda de la precisión puede derivar más en obstáculo que en ventaja. Mientras no falseemos el mensaje ni omitamos elementos que por tal omisión puedan acarrear un peligro, hacer un contenido técnico, aunque sea en cierto grado impreciso, contribuye a un mínimo conocimiento de la materia de la que tratemos, lo cual es mejor que no comunicar nada y que restringir así nuestra propia acción bloguera y el interés de todo público al que podríamos hacer llegar lo abordado.
Para la buena síntesis, al combinar meticulosidad con imprecisión estarás haciendo como mínimo un mejor paso que si te restringes demasiado, en particular en ciclos potenciales e incipientes. Una cierta imprecisión, acompañada no obstante de meticulosidad, es una manera de reconocer precisamente que ni alcanzas ni deseas la total perfección, pero que como mínimo aportas desde tus mejores intenciones algo de lo que crees que a tu público o a tus públicos resultará enriquecedor.
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