Lo estético y lo antiestético

Entendiéndose que la estética guarda relación con el orden, esto es con la disposición considerablemente sistemática de elementos, se deduce que lo estético y lo antiestético guardan respectiva relación con lo ordenado y lo desordenado. La belleza, por su parte, bien puede darse tanto en lo uno como en lo otro, por lo que se ratifica que la estética va más allá de lo bonito y no sólo es, por tanto, la búsqueda de lo bello.

Si la belleza puede estar vinculada a la antiestética, significa que lo desordenado, lo que desentona, puede ser también bonito: desde nuestra perspectiva sin duda lo puede ser. No obstante, resulta destacable que, en particular en percepciones bastante o muy cerradas, desde la consideración de que la belleza está en lo total o mayormente ordenado habrá tendencia a considerar lo antiestético, lo desordenado, falto de belleza incluso aunque haya quien considere que sí la tiene, y a su vez desde la convicción de que lo bello está en el completo o casi completo desorden habrá tendencia a considerar de nula belleza lo ordenado, a pesar de que para ciertas opiniones se pueda tratar de un orden bonito. Nos parece que si hay un debate, como es bueno que haya siempre desde el mutuo respeto entre posiciones, en torno a la esencia de la belleza y al auténtico objeto de la estética no es por mucho más que esto, por una cuestión de perspectivas distintas, a veces muy variables y hasta intercambiables, respecto a dónde debemos en verdad ubicar, en mayor o en menor modo estricto, la noción de lo bello. Puesto que por mucho razonamiento que desde una u otra postura queramos desarrollar, la belleza no dejará de ser un tema muy subjetivo, sujeto por tanto al libre parecer de cada cual, lo mejor es de entrada y por lo menos, como debiera ser en todo tema a debatir, el respeto mutuo y aun desde la mayor de las propias convicciones no dejar de explorar comprensivamente la perspectiva contraria.

¿Qué hace que un blog sea bonito? Según el planteamiento bloguero del que partas y el desarrollo que des a su trayectoria, encontrarás la respuesta en un mayor grado de orden o de desorden, y el diseño será la vía por la que concibas y acabes dando forma a todo ello. Mientras cualquier contexto directo que elabores esté, junto con el debido efecto sorpresa, en consonancia con el correspondiente contexto indirecto, podrás generar en principio incidencia positiva en todo visitante de lo que publiques.

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