Cada cual y según el proyecto o los proyectos que desarrolle va a requerir un tiempo distinto de exospección. Entonces, bien podría darse por irrelevante molestarse en establecer qué tiempo de revisión es el idóneo antes de publicar lo que sea, pero merece ser apuntada alguna orientación por poca que resulte.
Siendo nada extraño que devenga diferente el nivel de exigencia entre la propia autoría y el público o los públicos, determinar el tiempo necesario de revisión para garantizar, en el peor de los casos, un aceptable nivel de imprecisión, es todavía más complejo, a lo que hay que sumar que la revisión, igual que la propia elaboración, tiene que abarcar la doble vertiente de la forma y el fondo. Aun con todo eso, y en consecuencia con lo apropiado que es algún intento de orientar sobre un tiempo de exospección más o menos genérico para blogs y demás proyectos que asimismo sean a lo menos por lo común de tipología comunicativa, es un buen planteamiento proponer como tiempo exospectivo genérico en la revisión aquél que abarque hasta la mitad tanto en la forma como en el fondo de aquello que tengamos intención de difundir.
Tras haber revisado exhaustivamente tu post hasta la mitad de los elementos que configuren por un lado la forma y por otro el fondo, podrás habitualmente arriesgarte a publicarlo con suficiente certeza de que el resultado en pluritonía y densidad será tolerable en cualquiera de los casos, ya sea desde la perspectiva de público, ya sea desde tu propia perspectiva al repasar ese post una vez difundido. Lo ideal será, no obstante, que, por más que reduzcas tu tiempo exospectivo, éste abarque la totalidad de los elementos.
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El tiempo exospectivo
Aunque la casi nula, y más aún la por completo nula, exospección es en absoluto recomendable, por un lado esto es en especial aplicable a quien se encuentre en ciclos incipientes de su actividad en la blogosfera o, por extensión, cualquier otra clase de proyecto y, por otro lado, es en cambio a lo que debiera tener tendencia a poder permitirse hacer quien esté en sus ciclos de veteranía. Hay que tenerse en cuenta aquí la adquisición de destreza en cuanto a simultaneidad.
Puesto que, hasta con la facilidad que la tecnología actual permite, elaborar una pieza comunicativa convenientemente plurítona y densa no deja de requerir el aprendizaje de una exhaustiva revisión de lo que vayamos a publicar, esta parte de la elaboración de lo que blogueemos tiene que ocuparnos un sustancial tiempo para que esta revisión a fondo o exospección sea la adecuada, sobre todo cuando nuestra iniciativa esté en los casi inevitablemente imprecisos ciclos iniciales de todo desarrollo de proyecto. A esto cabe añadir que el tiempo exospectivo tendremos que ajustarlo a la periodicidad de la que esté dotado lo que hagamos, en caso de un blog, u otro tipo de proyecto, que sea dinámico.
Cuanto más acortes el tiempo exospectivo sin que ello derive en un detrimento de la pluritonía y la densidad en lo que bloguees, más estarás cerca o incluso de lleno en una etapa de madurez en lo que emprendas o continúes. Y puede que, mejorando aún más, llegues a aplicar revisión a fondo simultáneamente a la propia elaboración de lo que difundas. De todos modos, una mínima exospección posterior a la completa finalización de lo que vayas a publicar será siempre recomendable.
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Puesto que, hasta con la facilidad que la tecnología actual permite, elaborar una pieza comunicativa convenientemente plurítona y densa no deja de requerir el aprendizaje de una exhaustiva revisión de lo que vayamos a publicar, esta parte de la elaboración de lo que blogueemos tiene que ocuparnos un sustancial tiempo para que esta revisión a fondo o exospección sea la adecuada, sobre todo cuando nuestra iniciativa esté en los casi inevitablemente imprecisos ciclos iniciales de todo desarrollo de proyecto. A esto cabe añadir que el tiempo exospectivo tendremos que ajustarlo a la periodicidad de la que esté dotado lo que hagamos, en caso de un blog, u otro tipo de proyecto, que sea dinámico.
Cuanto más acortes el tiempo exospectivo sin que ello derive en un detrimento de la pluritonía y la densidad en lo que bloguees, más estarás cerca o incluso de lleno en una etapa de madurez en lo que emprendas o continúes. Y puede que, mejorando aún más, llegues a aplicar revisión a fondo simultáneamente a la propia elaboración de lo que difundas. De todos modos, una mínima exospección posterior a la completa finalización de lo que vayas a publicar será siempre recomendable.
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Un estilo comunicacional propio
La macroblogosfera es desde luego donde puede desarrollarse al máximo un estilo comunicacional propio por parte de cualquier usuario. Una comunicación con buena parte de elementos estandarizados y poco customizables es del todo practicable, y recomendable de practicar, en las redes sociales o plataformas de microblogs pero limitarse a las redes sociales, aun estando en varias y por tanto aprovechando los diferentes entornos de cada una, resta carácter genuino a lo que se bloguee.
Si bien lo ideal es que el blog al uso o macroblog sea el punto de partida de aquello que blogueemos para luego reflejarlo en las correspondientes y propias redes sociales y en especial al referirnos a redes generalistas, puede que esta fórmula no tenga por qué ser la que desde el mismo inicio del proyecto pongamos en práctica si, por lo que sea, nos resulta preferible o no hay más remedio que empezar por un perfil o varios perfiles que en redes sociales emprendamos o continuemos. En el desarrollo que a partir de ahí mantengamos cabe, no obstante que, en pro de hacer destacar nuestro propio estilo, vayamos orientando nuestra habitual actividad en la blogosfera hacia tomar el macroblog como base desde la que a continuación bloguear en la microblogosfera, sobre todo la generalista.
Respecto a las redes sociales especializadas, máxime cuando se trata de alguna de las más conocidas para el formato audiovisual, deviene apropiado emplearlas como punto de inicio en el que colgar lo que quieras difundir para luego reflejarlo en tu blog al uso o macroblog, al tiempo que por supuesto también en las redes generalistas. La importancia del número de visualizaciones a conseguir en tales redes especializadas justifica que en este caso no tenga por qué ser el macroblog la preferencia para lo que publiques.
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Si bien lo ideal es que el blog al uso o macroblog sea el punto de partida de aquello que blogueemos para luego reflejarlo en las correspondientes y propias redes sociales y en especial al referirnos a redes generalistas, puede que esta fórmula no tenga por qué ser la que desde el mismo inicio del proyecto pongamos en práctica si, por lo que sea, nos resulta preferible o no hay más remedio que empezar por un perfil o varios perfiles que en redes sociales emprendamos o continuemos. En el desarrollo que a partir de ahí mantengamos cabe, no obstante que, en pro de hacer destacar nuestro propio estilo, vayamos orientando nuestra habitual actividad en la blogosfera hacia tomar el macroblog como base desde la que a continuación bloguear en la microblogosfera, sobre todo la generalista.
Respecto a las redes sociales especializadas, máxime cuando se trata de alguna de las más conocidas para el formato audiovisual, deviene apropiado emplearlas como punto de inicio en el que colgar lo que quieras difundir para luego reflejarlo en tu blog al uso o macroblog, al tiempo que por supuesto también en las redes generalistas. La importancia del número de visualizaciones a conseguir en tales redes especializadas justifica que en este caso no tenga por qué ser el macroblog la preferencia para lo que publiques.
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Los distintos planos digitales
En comparación a lo que por facilidad para la comprensión del usuario conviene establecer, la perspectiva del desarrollo cronológico de los distintos planos digitales implicaría que sólo el segundo, el del código informático, mantendría esa posición en el orden. El que a nivel usuario es más claro considerar el tercer plano digital, o sea el del código binario, es cronológicamente el primero que se desarrolló; y el plano intuitivo pasaría de primero a último, o tercero.
El interés que quien se mueva por la blogosfera pueda tener por ir más allá del primer plano digital, el intuitivo, siempre resulta recomendable de desarrollar por cuanto ello comporta respecto a un mejor conocimiento de la blogosfera en especial, pero asimismo respecto a Internet en su conjunto y también todo lo informático. Conociendo mejor el segundo y tercer plano digitales, y teniendo en cuenta que su aplicación a la práctica nos resultará posible emprenderla con plenitud en la macroblogosfera, podremos manejarnos, quizá no a nivel de plena arquitectura de blogs, pero sí al de una relevante customización con la cual potenciar el estilo propio en el weblog.
Ya que en una plataforma genérica de blogs, en el sentido concreto de blogs al uso o macroblogs, y por tanto no de redes sociales o microblogs, se te puede permitir operar en base a sus plantillas, esa misma condición genérica y, de ahí, diferente a las redes sociales, conlleva o suele conllevar que tengas la opción de customizar esas plantillas accediendo precisa y fácilmente al segundo plano digital, por lo menos comúnmente en HTML. Si no es para una eventual plataforma particular, el código binario no te hará demasiada falta, aunque no está de más que te intereses por cómo construir series binarias que, de hecho, en todo lo digital subyacen.
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El interés que quien se mueva por la blogosfera pueda tener por ir más allá del primer plano digital, el intuitivo, siempre resulta recomendable de desarrollar por cuanto ello comporta respecto a un mejor conocimiento de la blogosfera en especial, pero asimismo respecto a Internet en su conjunto y también todo lo informático. Conociendo mejor el segundo y tercer plano digitales, y teniendo en cuenta que su aplicación a la práctica nos resultará posible emprenderla con plenitud en la macroblogosfera, podremos manejarnos, quizá no a nivel de plena arquitectura de blogs, pero sí al de una relevante customización con la cual potenciar el estilo propio en el weblog.
Ya que en una plataforma genérica de blogs, en el sentido concreto de blogs al uso o macroblogs, y por tanto no de redes sociales o microblogs, se te puede permitir operar en base a sus plantillas, esa misma condición genérica y, de ahí, diferente a las redes sociales, conlleva o suele conllevar que tengas la opción de customizar esas plantillas accediendo precisa y fácilmente al segundo plano digital, por lo menos comúnmente en HTML. Si no es para una eventual plataforma particular, el código binario no te hará demasiada falta, aunque no está de más que te intereses por cómo construir series binarias que, de hecho, en todo lo digital subyacen.
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Simplificación hiperintuitiva
Lo no sólo intuitivo sino hiperintuitivo que resulta el entorno de cualquier sistema operativo informático o de navegación por Internet es lo que posibilita y potencia la extrema facilidad que cualquiera tiene a su alcance para practicar lo multimedia. Cierto que la vertiente más técnica de la informática no deja de ser algo orientado a quien adquiera especialización en esto, pero obtener un cierto nivel casi, si no del todo, experto es bastante accesible.
Además de comparativamente accesible respecto a otras tecnologías previas, es hoy lo informático comparativamente más rápido de aprender comparativamente también respecto a tecnologías anteriores. Tanto accesibilidad como rapidez en el acceso, y la práctica, de lo informático vienen derivadas de una simplificación que la propia informática ha perseguido, y logrado, en su decidido acercamiento al nivel de usuario: simplificación que bien podríamos concluir en denominar simplificación hiperintuitiva porque la encontramos en la tendencia del ámbito informático a pasar del segundo al primer plano digital, tras por supuesto haberse desarrollado lo suficiente en su momento el tercero de los planos digitales.
En este punto, viene al caso que rememores que el plano intuitivo sería el primero por ser el más evidente, el plano que corresponde al código informático en sí sería el segundo plano y el tercer plano no es otro que el del código binario. Justo al empezar a democratizarse y popularizarse el uso de Internet, se popularizó el entorno de sistema operativo intuitivo con el que, de hecho, empieza la popularización de los actualmente tan familiares iconos.
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Además de comparativamente accesible respecto a otras tecnologías previas, es hoy lo informático comparativamente más rápido de aprender comparativamente también respecto a tecnologías anteriores. Tanto accesibilidad como rapidez en el acceso, y la práctica, de lo informático vienen derivadas de una simplificación que la propia informática ha perseguido, y logrado, en su decidido acercamiento al nivel de usuario: simplificación que bien podríamos concluir en denominar simplificación hiperintuitiva porque la encontramos en la tendencia del ámbito informático a pasar del segundo al primer plano digital, tras por supuesto haberse desarrollado lo suficiente en su momento el tercero de los planos digitales.
En este punto, viene al caso que rememores que el plano intuitivo sería el primero por ser el más evidente, el plano que corresponde al código informático en sí sería el segundo plano y el tercer plano no es otro que el del código binario. Justo al empezar a democratizarse y popularizarse el uso de Internet, se popularizó el entorno de sistema operativo intuitivo con el que, de hecho, empieza la popularización de los actualmente tan familiares iconos.
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Practicar todo lo multimedia
Aunque no vaya a ser para publicarlo de inmediato, es recomendable practicar todo lo multimedia para así tener un conocimiento práctico de lo que expresarse por diferentes códigos representa. De este modo, se dispondrá de mayor margen de recursos para elaborar contenidos comunicativos en lo que al weblog del que se trate concierne y atraer con esto cuanto mayor público sea factible.
De la variedad multimediática que lo informático nos brinda actualmente en lo que se refiere a comunicarnos deriva que tengamos un formidable acceso a la fácil práctica de formatos comunicativos que no era tal fácil práctica incluso en un primer estadio de la digitalización. Esta simplificación de la tecnología es bastante excepcional en lo que ha supuesto la constante de la evolución tecnológica, evolución por lo común encaminada a lo complejo y lo especializado; así pues, la tecnología ha solido desembocar en complejos aparatos, pero fáciles en definitiva para quien adquiera especialización en ellos. El giro que ahora acontece implica que una tecnología ya en sí misma sencilla no es, pues, difícil para nadie.
Las redes sociales plasman a la perfección el punto presente en que la facilidad de la práctica de todo lo multimedia está. Cualquiera tiene su presencia en las redes sociales y puede, en uso de una libertad de expresión más potente que nunca, expresarse mediante el formato multimedia que prefiera. La dificultad, si bien asimismo es un interesante y recomendable reto a asumir, que a diferencia de redes sociales o microblogs los macroblogs, o blogs al uso, representan consiste en añadir a lo multimedia que elabores un más alto grado de customización en el conjunto del portal en que lo difundes.
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De la variedad multimediática que lo informático nos brinda actualmente en lo que se refiere a comunicarnos deriva que tengamos un formidable acceso a la fácil práctica de formatos comunicativos que no era tal fácil práctica incluso en un primer estadio de la digitalización. Esta simplificación de la tecnología es bastante excepcional en lo que ha supuesto la constante de la evolución tecnológica, evolución por lo común encaminada a lo complejo y lo especializado; así pues, la tecnología ha solido desembocar en complejos aparatos, pero fáciles en definitiva para quien adquiera especialización en ellos. El giro que ahora acontece implica que una tecnología ya en sí misma sencilla no es, pues, difícil para nadie.
Las redes sociales plasman a la perfección el punto presente en que la facilidad de la práctica de todo lo multimedia está. Cualquiera tiene su presencia en las redes sociales y puede, en uso de una libertad de expresión más potente que nunca, expresarse mediante el formato multimedia que prefiera. La dificultad, si bien asimismo es un interesante y recomendable reto a asumir, que a diferencia de redes sociales o microblogs los macroblogs, o blogs al uso, representan consiste en añadir a lo multimedia que elabores un más alto grado de customización en el conjunto del portal en que lo difundes.
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Verdadera convivencia intercultural
Conocer el punto opuesto del planeta con prácticamente la misma facilidad que lo que se tenga al mismo lado es un singular aporte que Internet hace y que, si bien de eminente carácter tecnológico, deviene casi mágico. El contacto inmediato entre lugares del mundo tan alejados entre sí se podía ya llevar a cabo con tecnología pretelemática o incluso preinformática, pero no a tan alto nivel interactivo y multimedia.
Respecto a la Internet de hoy, el comparativamente tan lento conocimiento entre civilizaciones antes de lo telemático dificultaba en mayor grado un acercamiento que en la actualidad tenemos a nuestro alcance desarrollar en pro de la convivencia intercultural y, de ahí, la intercivilizacional. Esto conlleva que aun, con toda la importancia que el concepto de diversidad tiene, no es suficiente el reconocimiento de esa diversidad si no es para que construyamos una convivencia entre culturas y civilizaciones. En sí misma la diversidad cultural puede ser un hecho y un hecho reconocido por las propias culturas pero puede a su vez tratarse de una diversidad cultural conflictiva, tal y como de hecho desgraciadamente parece que ha sido habitual a lo largo del tiempo.
La verdadera convivencia intercultural pasa por el hecho de que observes una diversidad cultural inclusiva en vez de conflictiva. Ahora bien, en el presente panorama global, esto va indisolublemente aparejado respectivamente al buen o mal uso de la blogosfera y todo lo demás que asimismo guarda relación con las a menudo aún denominadas nuevas tecnologías.
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Respecto a la Internet de hoy, el comparativamente tan lento conocimiento entre civilizaciones antes de lo telemático dificultaba en mayor grado un acercamiento que en la actualidad tenemos a nuestro alcance desarrollar en pro de la convivencia intercultural y, de ahí, la intercivilizacional. Esto conlleva que aun, con toda la importancia que el concepto de diversidad tiene, no es suficiente el reconocimiento de esa diversidad si no es para que construyamos una convivencia entre culturas y civilizaciones. En sí misma la diversidad cultural puede ser un hecho y un hecho reconocido por las propias culturas pero puede a su vez tratarse de una diversidad cultural conflictiva, tal y como de hecho desgraciadamente parece que ha sido habitual a lo largo del tiempo.
La verdadera convivencia intercultural pasa por el hecho de que observes una diversidad cultural inclusiva en vez de conflictiva. Ahora bien, en el presente panorama global, esto va indisolublemente aparejado respectivamente al buen o mal uso de la blogosfera y todo lo demás que asimismo guarda relación con las a menudo aún denominadas nuevas tecnologías.
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Nueva dimensión del contacto entre civilizaciones
La interactividad bidireccional que el ciberespacio permite mantener entre gente de distintos puntos del planeta aboca a una nueva dimensión del contacto entre civilizaciones de la que poco puede aún anticiparse al detalle. Nada impide, sin embargo, poner énfasis en aquello a lo que esta dimensión, en pro de un mundo mejor, debiera conducir.
De las diferencias entre civilizaciones han surgido como fenómenos tristemente demasiado constantes a lo largo de la historia los conflictos entre las mismas y parece que no menos constantes han sido, a menudo en el mejor de los casos, los simples pero desconfiados respetos mutuos. Hacer que en el nuevo orden civilizacional el respeto mutuo fluya sustentado en la sana curiosidad y el beneficio recíproco es un más que buen principio con el que orientar la interactividad cibernáutica entre usuarios de todo el planeta. Desaprovechar Internet y la blogosfera utilizándolas para incidir en la cerrazón cultural de la civilización que sea, sólo conllevará a tal civilización atrincherarse en el propio desgaste general.
Tan sólo pierdes y haces perder a nivel civilizacional cuando pretendes blindar tu civilización y su cultura ante las demás civilizaciones. Impulsar en los blogs y todo lo cibernáutico un uso respetuoso entre civilizaciones contribuirá a que con tales potentes herramientas esté más cerca que en toda época pasada una convivencia humana armoniosa a escala planetaria.
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De las diferencias entre civilizaciones han surgido como fenómenos tristemente demasiado constantes a lo largo de la historia los conflictos entre las mismas y parece que no menos constantes han sido, a menudo en el mejor de los casos, los simples pero desconfiados respetos mutuos. Hacer que en el nuevo orden civilizacional el respeto mutuo fluya sustentado en la sana curiosidad y el beneficio recíproco es un más que buen principio con el que orientar la interactividad cibernáutica entre usuarios de todo el planeta. Desaprovechar Internet y la blogosfera utilizándolas para incidir en la cerrazón cultural de la civilización que sea, sólo conllevará a tal civilización atrincherarse en el propio desgaste general.
Tan sólo pierdes y haces perder a nivel civilizacional cuando pretendes blindar tu civilización y su cultura ante las demás civilizaciones. Impulsar en los blogs y todo lo cibernáutico un uso respetuoso entre civilizaciones contribuirá a que con tales potentes herramientas esté más cerca que en toda época pasada una convivencia humana armoniosa a escala planetaria.
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La base racional de Occidente
Tenía que ser casi, si no del todo, en el marco de la civilización occidental donde se desplegase una tecnología tan fundamentada en lo algorítmico como es la de Internet porque, sin el más mínimo ánimo de significar con esto cualquier clase de superioridad inherente de tal civilización, es probablemente de lejos la civilización más algorítmica de todas. En otras palabras, la base racional de Occidente es lo característico en esta civilización.
Que el, incluso a menudo demasiado extremo, raciocinio occidental haya dado lugar, en un primer estadio, al despliegue de la tecnología cibernáutica que hoy conocemos y que ha sido y debiera seguir siendo tan determinante para beneficio de toda la humanidad, no es motivo para creer que la percepción cultural occidental tenga que derivar en percepción única, y hasta radicalizada, de todos, o bien la mayoría, o bien y por contra, de una élite. Por cualquiera de este trío de perjudiciales derivas no terminamos llegando sino a posturas tan fuera de lugar como el sustitutivismo prorrobótico y demás formas de condenables extremismos como los fundamentalismos religiosos, los racismos y los esclavismos, lamentablemente estos tres últimos muy sufridos ya a lo largo de la historia.
En sucesivas etapas históricas en las que Internet y la blogosfera apuntan a consolidarse como elementos firmes y constantes para el conjunto de civilizaciones hoy existentes en el mundo, será muy conveniente explorar los usos de toda esta tecnología para, con su base algorítmica, fomentar el aprovechamiento de todo el buen potencial que los humanos seguro que aún albergamos racional y emocionalmente. Así las civilizaciones actuales podrán comulgar con mutuo respeto como nunca antes.
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Que el, incluso a menudo demasiado extremo, raciocinio occidental haya dado lugar, en un primer estadio, al despliegue de la tecnología cibernáutica que hoy conocemos y que ha sido y debiera seguir siendo tan determinante para beneficio de toda la humanidad, no es motivo para creer que la percepción cultural occidental tenga que derivar en percepción única, y hasta radicalizada, de todos, o bien la mayoría, o bien y por contra, de una élite. Por cualquiera de este trío de perjudiciales derivas no terminamos llegando sino a posturas tan fuera de lugar como el sustitutivismo prorrobótico y demás formas de condenables extremismos como los fundamentalismos religiosos, los racismos y los esclavismos, lamentablemente estos tres últimos muy sufridos ya a lo largo de la historia.
En sucesivas etapas históricas en las que Internet y la blogosfera apuntan a consolidarse como elementos firmes y constantes para el conjunto de civilizaciones hoy existentes en el mundo, será muy conveniente explorar los usos de toda esta tecnología para, con su base algorítmica, fomentar el aprovechamiento de todo el buen potencial que los humanos seguro que aún albergamos racional y emocionalmente. Así las civilizaciones actuales podrán comulgar con mutuo respeto como nunca antes.
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Percepción occidental de la historia
Al estar el mundo tan interconectado y fluir de manera tan rápida la transmisión de información, que no siempre conocimiento, adquiere mucho más sentido la idea de la globalidad. A partir de ahí, la noción de una conciencia global de presente histórico se postula como una maximización de lo que antes la conciencia de presente histórico sólo llegaba, en el mejor de los casos, a un nivel continental.
De todas las grandes corrientes culturales y civilizacionales han surgido sus respectivas elaboraciones de lo que es la historia y, con ello, sus valoraciones de lo que es y no es histórico. Hasta donde hemos alcanzado a habitar los integrantes de esas distintas corrientes, hemos convenido en dotarnos de, e ir implantando, las percepciones y valoraciones respecto a lo que hemos considerado que es la historia; y ahora que habitamos en un mundo instantáneamente interconectado de punta a punta, confluyen como nunca antes todas las corrientes de percepciones de la historia. En cualquier caso, devenga en lo que devenga esta formidable confluencia de diversidad cultural y, en concreto, de percepciones de la historia, muy probablemente será la blogosfera el canal por el que esto continuará desarrollándose.
Habiendo sido en el marco de la civilización occidental, y específicamente en Estados Unidos, donde se encuentra la cuna de la Internet y la blogosfera actuales, bien puedes darte cuenta de que es la percepción occidental de la historia la que por ahora parece que en este primer estadio de confluencia cultural mundial se ha globalizado. Quizá, no obstante, no sólo de por sí esta confluencia haga recomendable a lo occidental nutrirse mucho de otras nociones culturales y viceversa, sino que haga esto tan sumamente inevitable como beneficioso para toda la comunidad mundial.
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De todas las grandes corrientes culturales y civilizacionales han surgido sus respectivas elaboraciones de lo que es la historia y, con ello, sus valoraciones de lo que es y no es histórico. Hasta donde hemos alcanzado a habitar los integrantes de esas distintas corrientes, hemos convenido en dotarnos de, e ir implantando, las percepciones y valoraciones respecto a lo que hemos considerado que es la historia; y ahora que habitamos en un mundo instantáneamente interconectado de punta a punta, confluyen como nunca antes todas las corrientes de percepciones de la historia. En cualquier caso, devenga en lo que devenga esta formidable confluencia de diversidad cultural y, en concreto, de percepciones de la historia, muy probablemente será la blogosfera el canal por el que esto continuará desarrollándose.
Habiendo sido en el marco de la civilización occidental, y específicamente en Estados Unidos, donde se encuentra la cuna de la Internet y la blogosfera actuales, bien puedes darte cuenta de que es la percepción occidental de la historia la que por ahora parece que en este primer estadio de confluencia cultural mundial se ha globalizado. Quizá, no obstante, no sólo de por sí esta confluencia haga recomendable a lo occidental nutrirse mucho de otras nociones culturales y viceversa, sino que haga esto tan sumamente inevitable como beneficioso para toda la comunidad mundial.
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La conciencia global de presente histórico
Vivir y a su vez juzgar el día de ayer como uno histórico contaba precisamente con la, por denominarlo de algún modo, ventaja de que pocos días antes justo se produjo el singular y perturbador incidente del Capitolio de Washington DC. Es bastante probable que con menos o ningún margen previo, cualquier jornada sea difícil o imposible vivirla y al tiempo juzgarla como histórica, sin perjuicio de que en efecto llegue a ser, en algún momento futuro, definida como histórica.
Tomando en consideración la ubicuidad y la instantaneidad de las telecomunicaciones en general e Internet en particular, ese margen previo para que la vivencia histórica sea tal es a su vez, y en cualquier caso, mucho menor de lo que antes de lo que me parece que es el presente histórico permitía. Pese a lo difícil o imposible que según las circunstancias pueda ser de todos modos hoy vivir una jornada como histórica sin casi o por completo margen previo, estas circunstancias tienden a ser de cada vez menor número, por lo que nos resulta factible vivir cada vez más jornadas verdaderamente históricas como tales cuando en efecto esas jornadas acontecen. Dando por válida la noción de posmodernidad, si entre otros un rasgo debiera definirla, bien podría e incluso debería ser el de la conciencia global de presente histórico que hasta antes de completarse la globalización era poco o en absoluto posible.
La notoriedad de Estados Unidos como cuna de la Internet abierta y global que hoy conocemos y también, más en particular, de la blogosfera que en la actualidad buena parte del mundo usamos, dota de un acento más trascendental si cabe al cambio en sí de legislatura ayer en esa nación. Esto sumado al asalto del Capitolio hace que a nivel específico resulte histórica la particularidad de que sea de Trump a Biden ese cambio.
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Tomando en consideración la ubicuidad y la instantaneidad de las telecomunicaciones en general e Internet en particular, ese margen previo para que la vivencia histórica sea tal es a su vez, y en cualquier caso, mucho menor de lo que antes de lo que me parece que es el presente histórico permitía. Pese a lo difícil o imposible que según las circunstancias pueda ser de todos modos hoy vivir una jornada como histórica sin casi o por completo margen previo, estas circunstancias tienden a ser de cada vez menor número, por lo que nos resulta factible vivir cada vez más jornadas verdaderamente históricas como tales cuando en efecto esas jornadas acontecen. Dando por válida la noción de posmodernidad, si entre otros un rasgo debiera definirla, bien podría e incluso debería ser el de la conciencia global de presente histórico que hasta antes de completarse la globalización era poco o en absoluto posible.
La notoriedad de Estados Unidos como cuna de la Internet abierta y global que hoy conocemos y también, más en particular, de la blogosfera que en la actualidad buena parte del mundo usamos, dota de un acento más trascendental si cabe al cambio en sí de legislatura ayer en esa nación. Esto sumado al asalto del Capitolio hace que a nivel específico resulte histórica la particularidad de que sea de Trump a Biden ese cambio.
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El nuevo clima social cismático estadounidense
Si hay precisamente ahora ocasión para arriesgarse a identificar un día al que juzgar como históricamente relevante desde no sólo la misma época sino desde el propio día en cuestión, ese día es hoy mismo. El relevo en la presidencia de la Casa Blanca, atendiendo además al desconcertante asalto ciudadano reciente al Capitolio estadounidense, parece que dejará al día de hoy una impronta histórica como últimamente pocas han habido y, con toda probabilidad, próximamente pocas habrán.
Más allá de los evidentes y notorios condicionantes que por el coronavirus y el desplante del presidente saliente determinan el traspaso de poder de hoy en la nación norteamericana, bien parece que esta jornada va a quedar como muestra representativa de otro nuevo instante en que Estados Unidos va a poner a prueba su solidez y protagonismo en tanto que país y potencia mundial. Salvando por supuesto todas las distancias de cada contexto particular, han sido ya varias las ocasiones en que los estadounidenses han afrontado de manera interna momentos parecidos: de división social y crisis de valores; en este aspecto, no tendría por qué ser éste un día histórico, pero la invasión ciudadana ultraderechista del Capitolio estadounidense representa un indicio de temible brecha que acrecienta el carácter histórico del día de hoy.
Trump, quien ha sido un tan activo presidente estadounidense en redes sociales, y por tanto en la blogosfera, ha dejado un Estados Unidos en que, a diferencia de cualquier otro momento de a lo menos la historia reciente de la nación, una parte relevante de la sociedad no duda en embestir las propias instituciones democráticas. A Joe Biden, nuevo presidente y por tanto coprotagonista junto a Donald Trump de la histórica jornada de hoy, le corresponde reconducir el nuevo clima social cismático estadounidense para que la historia pueda llegar a recordar este día como el principio de una suavización de la actual convivencia tensa ciudadana.
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Más allá de los evidentes y notorios condicionantes que por el coronavirus y el desplante del presidente saliente determinan el traspaso de poder de hoy en la nación norteamericana, bien parece que esta jornada va a quedar como muestra representativa de otro nuevo instante en que Estados Unidos va a poner a prueba su solidez y protagonismo en tanto que país y potencia mundial. Salvando por supuesto todas las distancias de cada contexto particular, han sido ya varias las ocasiones en que los estadounidenses han afrontado de manera interna momentos parecidos: de división social y crisis de valores; en este aspecto, no tendría por qué ser éste un día histórico, pero la invasión ciudadana ultraderechista del Capitolio estadounidense representa un indicio de temible brecha que acrecienta el carácter histórico del día de hoy.
Trump, quien ha sido un tan activo presidente estadounidense en redes sociales, y por tanto en la blogosfera, ha dejado un Estados Unidos en que, a diferencia de cualquier otro momento de a lo menos la historia reciente de la nación, una parte relevante de la sociedad no duda en embestir las propias instituciones democráticas. A Joe Biden, nuevo presidente y por tanto coprotagonista junto a Donald Trump de la histórica jornada de hoy, le corresponde reconducir el nuevo clima social cismático estadounidense para que la historia pueda llegar a recordar este día como el principio de una suavización de la actual convivencia tensa ciudadana.
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La posmodernidad
Con anterioridad al momento de hacia una treintena de años atrás y en que se puede fijar el comienzo del presente histórico, puede considerarse que el siguiente instante históricamente decisivo es el de la finalización de la II Guerra Mundial. Ahí se puede establecer el inicio del mínimo período pasado a considerar para hacer un estudio del actual presente.
Existe un ya nada nuevo concepto para denotar que en la actualidad el vuelco histórico es notorio: se trata del de la posmodernidad. De esto entendemos, pues, que hay un cierto consenso en cuanto a pensar que la que conocemos como Edad Moderna toca, ha tocado o está próxima a tocar su completo final; pero al mismo tiempo las varias maneras de entender en profundidad la posmodernidad hacen que quede patente lo delicado, e incluso arriesgado, de intentar juzgar una etapa histórica desde justamente la propia etapa. Según me parece que a grandes rasgos podemos concretar, para ciertas perspectivas la posmodernidad debe tener su inicio fijado precisamente en el final de la II Guerra Mundial, para otras ese inicio correspondería al final de la Guerra Fría y por tanto a lo que me parece que es el comienzo del actual presente histórico, y para aún otras la posmodernidad estaría todavía por completarse de tal modo que propiamente seguiríamos en la Edad Moderna.
Al encontrar la no poco común denominación de era contemporánea o hasta Edad Contemporánea para referirse al presente histórico, puedes entender que es una denominación mucho menos específica que la de posmodernidad, que ya de hecho es poco específica por ese riesgo que justo conlleva referirte a tu época desde la misma época. Posmodernidad, por lo tanto, es preferible para tomar una base sobre la que ahondar la concreción del histórico capítulo que ahora acontece.
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Existe un ya nada nuevo concepto para denotar que en la actualidad el vuelco histórico es notorio: se trata del de la posmodernidad. De esto entendemos, pues, que hay un cierto consenso en cuanto a pensar que la que conocemos como Edad Moderna toca, ha tocado o está próxima a tocar su completo final; pero al mismo tiempo las varias maneras de entender en profundidad la posmodernidad hacen que quede patente lo delicado, e incluso arriesgado, de intentar juzgar una etapa histórica desde justamente la propia etapa. Según me parece que a grandes rasgos podemos concretar, para ciertas perspectivas la posmodernidad debe tener su inicio fijado precisamente en el final de la II Guerra Mundial, para otras ese inicio correspondería al final de la Guerra Fría y por tanto a lo que me parece que es el comienzo del actual presente histórico, y para aún otras la posmodernidad estaría todavía por completarse de tal modo que propiamente seguiríamos en la Edad Moderna.
Al encontrar la no poco común denominación de era contemporánea o hasta Edad Contemporánea para referirse al presente histórico, puedes entender que es una denominación mucho menos específica que la de posmodernidad, que ya de hecho es poco específica por ese riesgo que justo conlleva referirte a tu época desde la misma época. Posmodernidad, por lo tanto, es preferible para tomar una base sobre la que ahondar la concreción del histórico capítulo que ahora acontece.
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Dónde llega el pasado
Tanto para estudiar el presente como vislumbrar el futuro, el pasado que cabe intentar comprender debe ser como mínimo un período equivalente al del presente que pueda delimitarse. Según se quiera y se pueda ir más atrás y de este modo abarcar mayor número de períodos históricos, será más factible el acertado estudio del presente y la proyección de futuro.
Circunscribiendo, tal y como así en efecto procede, Internet al ámbito de la comunicación, definir dónde llega el pasado al que considerar para estudiar el presente y vislumbrar el futuro nos puede, y de hecho hasta nos debe, llevar a los mismos momentos en que el ser humano puede, aún en sus etapas primitivas, empezar a asemejarse a los humanos actuales. Nos presenta esto la recomendación, y hasta la necesidad, de optar decididamente por aplicar una retrospectiva largoplacista en lo que a analizar y valorar todo lo que respecta al ciberespacio, weblogs inclusive, se refiere. Explicar las causas y los efectos de Internet desde exclusivamente una retrospectiva que no abarque mucho más que las últimas décadas no conlleva sino en realidad no salirnos de lo que a nuestro presente define.
Probablemente, la que parece ya de por sí una bastante común impresión de entender que la propia época es una cúspide sea especialmente notoria en el presente actual porque el tan profundo cambio que Internet conlleva favorece que sólo encuentres nociones que no pasan de retrospectivas que en realidad no son tales retrospectivas porque no dejan de circunscribirse al presente, ese presente que hoy acumula unas tres décadas de duración. Una auténtica retrospectiva te hará apreciar que, sin negar la validez de cúspide para el presente, este presente guarda sus muchas afinidades con otras etapas del largo pasado que nos precede.
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Circunscribiendo, tal y como así en efecto procede, Internet al ámbito de la comunicación, definir dónde llega el pasado al que considerar para estudiar el presente y vislumbrar el futuro nos puede, y de hecho hasta nos debe, llevar a los mismos momentos en que el ser humano puede, aún en sus etapas primitivas, empezar a asemejarse a los humanos actuales. Nos presenta esto la recomendación, y hasta la necesidad, de optar decididamente por aplicar una retrospectiva largoplacista en lo que a analizar y valorar todo lo que respecta al ciberespacio, weblogs inclusive, se refiere. Explicar las causas y los efectos de Internet desde exclusivamente una retrospectiva que no abarque mucho más que las últimas décadas no conlleva sino en realidad no salirnos de lo que a nuestro presente define.
Probablemente, la que parece ya de por sí una bastante común impresión de entender que la propia época es una cúspide sea especialmente notoria en el presente actual porque el tan profundo cambio que Internet conlleva favorece que sólo encuentres nociones que no pasan de retrospectivas que en realidad no son tales retrospectivas porque no dejan de circunscribirse al presente, ese presente que hoy acumula unas tres décadas de duración. Una auténtica retrospectiva te hará apreciar que, sin negar la validez de cúspide para el presente, este presente guarda sus muchas afinidades con otras etapas del largo pasado que nos precede.
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Lo que abarca el presente
Delimitar el presente que sirva de referencia respecto al futuro que se quiera vislumbrar deviene esencial para que lo que se vislumbre sea lo más acertado posible. Si bien el presente es, por el hecho de ser lo que se está viviendo, más fácil de concebir, definirlo para abordar un ejercicio analítico, o valorativo, de calado histórico no deja de entrañar su complejidad.
Cuanto más ensanchemos lo que abarca el presente que estemos viviendo, más elementos comparativos tendremos para hacer proyecciones de futuro, por lo que si logramos estudiar convenientemente estos elementos, más acertadamente propondremos perspectivas con las que vislumbrar un futuro no sólo a corto, sino a medio o incluso largo plazo. Si de nuestro actual presente se trata, bien podemos concluir que, justo tomando Internet de referencia, el presente a concebir hoy en términos históricos debiéramos tomarlo desde hace una treintena de años, en el momento en que esa Internet que en la actualidad conocemos emprendió el camino a la democratización y popularización de su propio uso.
Al participar en la blogosfera, un ámbito tan representativo del ciberespacio, estás de lleno participando en aquello en que en buena medida nuestro presente consiste. Entender la historia e intentar hacer proyecciones de futuro al respecto sin tener la más mínima considerable noción del ámbito de los weblogs te supondrá ya prácticamente un imposible, por lo cual tu actividad en cuanto a blogs tiene una indiscutible valía que merece que aproveches.
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Cuanto más ensanchemos lo que abarca el presente que estemos viviendo, más elementos comparativos tendremos para hacer proyecciones de futuro, por lo que si logramos estudiar convenientemente estos elementos, más acertadamente propondremos perspectivas con las que vislumbrar un futuro no sólo a corto, sino a medio o incluso largo plazo. Si de nuestro actual presente se trata, bien podemos concluir que, justo tomando Internet de referencia, el presente a concebir hoy en términos históricos debiéramos tomarlo desde hace una treintena de años, en el momento en que esa Internet que en la actualidad conocemos emprendió el camino a la democratización y popularización de su propio uso.
Al participar en la blogosfera, un ámbito tan representativo del ciberespacio, estás de lleno participando en aquello en que en buena medida nuestro presente consiste. Entender la historia e intentar hacer proyecciones de futuro al respecto sin tener la más mínima considerable noción del ámbito de los weblogs te supondrá ya prácticamente un imposible, por lo cual tu actividad en cuanto a blogs tiene una indiscutible valía que merece que aproveches.
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Hasta dónde vislumbrar el futuro
Las etapas de estabilidad y las etapas de cambio contrastan en buena parte por hasta dónde vislumbrar el futuro es posible en cada respectivo caso. Si el momento histórico que se esté viviendo corresponde a una etapa estable, bien será el futuro bastante previsible a medio, largo o incluso larguísimo plazo; una etapa cambiante no suele permitir en cualquier caso vislumbrar fácilmente sino a corto o muy corto plazo.
Dependiendo de la mayor o menor magnitud del cambio histórico que estemos experimentando, seremos capaces de respectiva e inversamente vislumbrar menos o más a medio plazo. Ahora parece que a toda luz estamos en una etapa cambiante, de la cual el ciberespacio en general y la blogosfera en particular son buena prueba constatable, y es en función de esto que bien podemos arriesgarnos a por lo menos intentar juzgar esta época desde esta misma época y asimismo atrevernos a aventurar hasta dónde puede vislumbrarse el futuro como mínimo a corto plazo: un corto plazo en términos históricos y que, en este sentido, a escala de una vida humana puede parecer que sea un plazo medio o largo.
Puesto que, en verdad, incluso el futuro más inmediato no deja de entrañar cierta imprevisibilidad, o sea, su particular efecto sorpresa, al emitir tu juicio en lo que a tu etapa histórica y su futuro respecta, te será de utilidad empezar haciendo comparativas con aquellas etapas identificables que hayan sido más recientes. Tanto las afinidades como las diferencias te resultarán más sencillas de apreciar y, si entonces los contextos se parecen mucho, podrás de entrada intuir un futuro similar, propio de una etapa estable; la diferencia entre contextos históricos próximos denotará cambio histórico y un futuro más complejo, pero no imposible, de vislumbrar a prácticamente cualquier escala.
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Dependiendo de la mayor o menor magnitud del cambio histórico que estemos experimentando, seremos capaces de respectiva e inversamente vislumbrar menos o más a medio plazo. Ahora parece que a toda luz estamos en una etapa cambiante, de la cual el ciberespacio en general y la blogosfera en particular son buena prueba constatable, y es en función de esto que bien podemos arriesgarnos a por lo menos intentar juzgar esta época desde esta misma época y asimismo atrevernos a aventurar hasta dónde puede vislumbrarse el futuro como mínimo a corto plazo: un corto plazo en términos históricos y que, en este sentido, a escala de una vida humana puede parecer que sea un plazo medio o largo.
Puesto que, en verdad, incluso el futuro más inmediato no deja de entrañar cierta imprevisibilidad, o sea, su particular efecto sorpresa, al emitir tu juicio en lo que a tu etapa histórica y su futuro respecta, te será de utilidad empezar haciendo comparativas con aquellas etapas identificables que hayan sido más recientes. Tanto las afinidades como las diferencias te resultarán más sencillas de apreciar y, si entonces los contextos se parecen mucho, podrás de entrada intuir un futuro similar, propio de una etapa estable; la diferencia entre contextos históricos próximos denotará cambio histórico y un futuro más complejo, pero no imposible, de vislumbrar a prácticamente cualquier escala.
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Comprender el pasado, estudiar el presente, vislumbrar el futuro
Es hasta cierto punto comprensible que buena parte de quienes viven una determinada época conciban, o se inclinen a concebir, tal época como la cúspide de toda otra época pasada, e incluso que crean que ninguna otra época futura podrá superar o hasta igualar lo presente. Si bien la historia es, en efecto, cambiante, pretender juzgar una época desde la misma época y más para concluir que es culminante suele ser bastante arriesgado.
Resulta en todo caso preferible hacer cuanto a nuestro alcance esté para resaltar de la época en que vivamos sus aspectos positivos y no sumirnos en lo peyorativo que, sin embargo, toda época por descontado tiene; pero, si tal y como no deja de ser legítimo, nos arriesgamos a por lo menos intentar juzgar una época desde la misma época, es importante sopesar tanto lo positivo como lo negativo que de nuestra época seamos capaces de describir. A generaciones futuras les corresponderá validar si el juicio que los contemporáneos de una determinada época hicieron respecto a esa misma época fue acertado; esa validación les facilitará más y mejor cómo comprender el pasado, estudiar el presente, vislumbrar el futuro y debiera impulsarles a hacer lo mismo respecto a las que a su vez serán otras futuras generaciones.
Si hoy dispones de unos medios para proceder a elaborar tu aportación para por lo menos intentar emitir un juicio de lo que entiendas que son la esencia y las implicaciones de la época que vives, desde luego ésos son los blogs. Mejor, pues, que la facilona tendencia a usar la blogosfera para lo más impulsivo y lo poco elaborado, será que procures llevar a cabo en blogs una actividad en que, aun quizá no siendo propiamente de juicio histórico, dejes elementos de suficiente valía valorativa.
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Resulta en todo caso preferible hacer cuanto a nuestro alcance esté para resaltar de la época en que vivamos sus aspectos positivos y no sumirnos en lo peyorativo que, sin embargo, toda época por descontado tiene; pero, si tal y como no deja de ser legítimo, nos arriesgamos a por lo menos intentar juzgar una época desde la misma época, es importante sopesar tanto lo positivo como lo negativo que de nuestra época seamos capaces de describir. A generaciones futuras les corresponderá validar si el juicio que los contemporáneos de una determinada época hicieron respecto a esa misma época fue acertado; esa validación les facilitará más y mejor cómo comprender el pasado, estudiar el presente, vislumbrar el futuro y debiera impulsarles a hacer lo mismo respecto a las que a su vez serán otras futuras generaciones.
Si hoy dispones de unos medios para proceder a elaborar tu aportación para por lo menos intentar emitir un juicio de lo que entiendas que son la esencia y las implicaciones de la época que vives, desde luego ésos son los blogs. Mejor, pues, que la facilona tendencia a usar la blogosfera para lo más impulsivo y lo poco elaborado, será que procures llevar a cabo en blogs una actividad en que, aun quizá no siendo propiamente de juicio histórico, dejes elementos de suficiente valía valorativa.
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El progreso de la automatización
Cada weblog merece un determinado ritmo de elaboración, si bien lo ideal es que la presencia en la blogosfera, por lo menos en redes sociales o microblogs y sobre todo en la microblogosfera generalista, sea una dinamización diaria de cualquier proyecto del que se trate. Fijar ese ritmo de elaboración es lo que a lo largo de, en particular, los ciclos incipientes del desarrollo de la iniciativa en cuestión tiene que determinarse.
Una postura sustitutivista prorrobótica apostaría por el hecho de que la plena automatización determine el propio ritmo del blog o del proyecto que abordemos; lejos de renegar que esto llegue a suceder o esté sucediendo ya, la perspectiva liberadora concibe esto en tanto que un reto para la actividad del propio ser humano en la blogosfera y demás ámbitos. Mientras tengamos asumidos los pros y los contras de la automatización en prácticamente cualquier ámbito, la blogosfera inclusive, no hay lugar para siquiera intuir que el progreso de la automatización tenga que suponer un vacío de actividad física y mental humana. Al contrario, el género humano puede, con un reto tal, culminar una magnífica etapa de conocimientos y descubrimientos.
Todo lo que conlleva la liberación en sí de tareas conforma por lo menos el grueso del conjunto de pros de la automatización, y la resignación o el enojo por no lograr o no querer atisbar alternativa positiva alguna es el principal contra que a la automatización se le puede achacar. Sin embargo, la natural reactivación, y reorientación, que el mismo ser humano es capaz de aplicar a aquello que se le sustituye es la solución a este contra.
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Una postura sustitutivista prorrobótica apostaría por el hecho de que la plena automatización determine el propio ritmo del blog o del proyecto que abordemos; lejos de renegar que esto llegue a suceder o esté sucediendo ya, la perspectiva liberadora concibe esto en tanto que un reto para la actividad del propio ser humano en la blogosfera y demás ámbitos. Mientras tengamos asumidos los pros y los contras de la automatización en prácticamente cualquier ámbito, la blogosfera inclusive, no hay lugar para siquiera intuir que el progreso de la automatización tenga que suponer un vacío de actividad física y mental humana. Al contrario, el género humano puede, con un reto tal, culminar una magnífica etapa de conocimientos y descubrimientos.
Todo lo que conlleva la liberación en sí de tareas conforma por lo menos el grueso del conjunto de pros de la automatización, y la resignación o el enojo por no lograr o no querer atisbar alternativa positiva alguna es el principal contra que a la automatización se le puede achacar. Sin embargo, la natural reactivación, y reorientación, que el mismo ser humano es capaz de aplicar a aquello que se le sustituye es la solución a este contra.
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Acción y relajación
Del sustitutivismo se deriva que el destino humano o hasta la misma naturaleza humana es ir hacia, o pretender, la inacción, la absoluta quietud, el inexistente esfuerzo. Fundamentándose en este simplón principio, a la que hay con qué sustituir a los humanos, los mismos o cuando menos una gran mayoría tendrán que estar sin remedio resignados a, o quizá, encantados y deseosos de ser sustituidos, en todo caso para caer en tal inacción, tanto física como mental.
La liberación de tareas humanas apuesta por la convicción de que la resignada o deseada inacción humana completa no existe porque por mucho que una inacción puntual, o hasta algo dilatada, en forma de descanso sea pretendida e incluso conveniente para cualquiera, los intereses mentales y físicos del propio ser humano no pueden evitar su impulso a la natural reactivación en algún momento. Cuestión al margen es que pueda haber personas en que, por no haber tenido un suficiente referente en cuanto a emprendimiento o por sufrir alguna clase de afectación a su salud física o mental, parezca que salir de su inacción les supone casi un imposible. Con sólo un mínimo perfil humano civilizado, de sentido común y cierto saber general, cualquiera debiera tener por normal el buscar un equilibrio entre acción y relajación a lo largo de la vida.
Equilibrar acción y relajación pasa por la consecución de proceder combinando una con la otra y, según el caso, haciendo predominar una sobre la otra, en su justa medida. Tu elaboración de weblogs, sean blogs al uso o redes sociales, redundará en mejores resultados, de hecho, si logras modular acción y relajación cada vez que bloguees, y por extensión es también mejor lo que redundará así en todo aquello que hagas en el marco de cualquier otra clase de proyecto.
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La liberación de tareas humanas apuesta por la convicción de que la resignada o deseada inacción humana completa no existe porque por mucho que una inacción puntual, o hasta algo dilatada, en forma de descanso sea pretendida e incluso conveniente para cualquiera, los intereses mentales y físicos del propio ser humano no pueden evitar su impulso a la natural reactivación en algún momento. Cuestión al margen es que pueda haber personas en que, por no haber tenido un suficiente referente en cuanto a emprendimiento o por sufrir alguna clase de afectación a su salud física o mental, parezca que salir de su inacción les supone casi un imposible. Con sólo un mínimo perfil humano civilizado, de sentido común y cierto saber general, cualquiera debiera tener por normal el buscar un equilibrio entre acción y relajación a lo largo de la vida.
Equilibrar acción y relajación pasa por la consecución de proceder combinando una con la otra y, según el caso, haciendo predominar una sobre la otra, en su justa medida. Tu elaboración de weblogs, sean blogs al uso o redes sociales, redundará en mejores resultados, de hecho, si logras modular acción y relajación cada vez que bloguees, y por extensión es también mejor lo que redundará así en todo aquello que hagas en el marco de cualquier otra clase de proyecto.
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Los intereses mentales y físicos del ser humano
Según va la tecnología, en concreto lo mecánico y más en concreto lo robótico, abarcando tareas y funcionalidades humanas, parece que para ciertas perspectivas eso va asociado tanto a la evidente comodidad física en los propios humanos como al supuestamente inevitable descenso de la capacidad y necesidad de pensar que tienen los mismos. Tomarse estas asociaciones, en particular la segunda, muy a modo de relaciones fijas es un tremendo error.
Un sinsentido más de las posturas sustitutivistas es el de vincular el descenso de tareas y habilidades mejor desarrolladas por humanos que por máquinas a una insalvable tendencia del mismo ser humano hacia su propia resignación a hacer y pensar menos. Desde la sensata e inclusiva perspectiva liberadora que expongo, no puedo sino contradecir esta tan absoluta falta de fe en el ser humano, pues entiendo que lo que la historia, contemplada con una retrospectiva largoplacista, contribuye a evidenciar es que cuanto más el ser humano sustituye sus actividades físicas o mentales para que las hagan en todo o en parte los instrumentos construidos a tales efectos, el ser humano no se relaja por completo necesariamente, sino que reorienta y expande sus intereses mentales y físicos.
En vez de limitar tu concepción de los intereses mentales y físicos del ser humano a la estrecha perspectiva de cualquier sustitutivismo, mantenerte en la creencia y evidencia de que tales intereses nunca tienden a desaparecer por más tecnología que asuma muchos de esos intereses supondrá una mejor actitud ante tu propio desarrollo personal y ante el de la humanidad en su conjunto. Las expectativas de futuro para la humanidad serán siempre mejores, pues, con esta convicción liberadora.
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Un sinsentido más de las posturas sustitutivistas es el de vincular el descenso de tareas y habilidades mejor desarrolladas por humanos que por máquinas a una insalvable tendencia del mismo ser humano hacia su propia resignación a hacer y pensar menos. Desde la sensata e inclusiva perspectiva liberadora que expongo, no puedo sino contradecir esta tan absoluta falta de fe en el ser humano, pues entiendo que lo que la historia, contemplada con una retrospectiva largoplacista, contribuye a evidenciar es que cuanto más el ser humano sustituye sus actividades físicas o mentales para que las hagan en todo o en parte los instrumentos construidos a tales efectos, el ser humano no se relaja por completo necesariamente, sino que reorienta y expande sus intereses mentales y físicos.
En vez de limitar tu concepción de los intereses mentales y físicos del ser humano a la estrecha perspectiva de cualquier sustitutivismo, mantenerte en la creencia y evidencia de que tales intereses nunca tienden a desaparecer por más tecnología que asuma muchos de esos intereses supondrá una mejor actitud ante tu propio desarrollo personal y ante el de la humanidad en su conjunto. Las expectativas de futuro para la humanidad serán siempre mejores, pues, con esta convicción liberadora.
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El progreso tecnológico y sus bondades
Si los avances tecnológicos se acostumbran a presentar como mejoras para la humanidad, y en efecto lo son, ¿por qué suponen entonces nefastas consecuencias para una amplia mayoría de gente? El progreso tecnológico tiene en efecto esta doble vertiente de mejora y, a su vez, perjuicio: es una mejora en la medida en que sus productos conllevan mayor comodidad a quienes aprovechan sus funcionalidades, pero un perjuicio a muchos de quienes antes realizaban tales funcionalidades.
Tanto por la parte sustitutivista como por la liberadora, se loan el progreso tecnológico y sus bondades pero el sustitutivismo rechaza toda esperanza para la humanidad, salvo en todo caso para una élite, y la perspectiva liberadora insiste en que la humanidad no hace sino poder mejorar al tiempo que con la propia tecnología aprovecha tales bondades. Respecto a las consecuencias económicas, ni se molesta, pues, el sustitutivismo en profundizar demasiado porque para esta postura está más que asumido que para gran parte de la humanidad no hay casi, o en absoluto, futuro; con la postura liberadora, desde su inclusividad y sensatez, hacemos el mayor ejercicio de atisbar más allá.
Simplificación, agilidad y menor impacto ambiental puedes considerar que son de las principales bondades que el progreso tecnológico nos aporta y que toda postura de las contempladas admira. El sustitutivismo se queda, en todo caso, ahí; en cambio, la postura liberadora contempla todavía una bondad más y es justo la de la liberación de los humanos para desarrollar otras tareas y habilidades, entre las cuales la importantísima mejora continua del intelecto.
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Tanto por la parte sustitutivista como por la liberadora, se loan el progreso tecnológico y sus bondades pero el sustitutivismo rechaza toda esperanza para la humanidad, salvo en todo caso para una élite, y la perspectiva liberadora insiste en que la humanidad no hace sino poder mejorar al tiempo que con la propia tecnología aprovecha tales bondades. Respecto a las consecuencias económicas, ni se molesta, pues, el sustitutivismo en profundizar demasiado porque para esta postura está más que asumido que para gran parte de la humanidad no hay casi, o en absoluto, futuro; con la postura liberadora, desde su inclusividad y sensatez, hacemos el mayor ejercicio de atisbar más allá.
Simplificación, agilidad y menor impacto ambiental puedes considerar que son de las principales bondades que el progreso tecnológico nos aporta y que toda postura de las contempladas admira. El sustitutivismo se queda, en todo caso, ahí; en cambio, la postura liberadora contempla todavía una bondad más y es justo la de la liberación de los humanos para desarrollar otras tareas y habilidades, entre las cuales la importantísima mejora continua del intelecto.
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Las consecuencias económicas de los avances tecnológicos
Rara es la vez que, a raíz de los asuntos de la automatización y la robotización, no vaya aparejado a éstos el de sus consecuencias económicas, habitualmente concebidas como, cuando menos, nefastas para una amplia mayoría de gente, lo cual a su vez suele engarzar con las perspectivas elitistas. El impulso que de esto se deriva para reclamar una explicación al respecto a también la perspectiva liberadora es ineludible.
Es tan fácil como legítimo exigir a la propuesta liberadora de tareas humanas, en general y robótica en particular, el que especifique de qué modo, según esta propuesta, se conjuga tal liberación con la prosperidad económica para el conjunto de la humanidad en la mayor medida posible. Sin pretender, por la misma imposibilidad de ofrecer fórmulas mágicas, intentar aportar una fórmula de esta clase, está claro, de entrada, que las perspectivas sustitutivistas parten de que no cabe siquiera que contemplemos la prosperidad económica para el mayor número de gente factible. Por eso mismo, una vez más, merece la postura liberadora una mayor atención, aun sin poder aportar fórmula mágica alguna, pero sí por lo menos alguna clase de fórmula.
Las más nefastas de las consecuencias económicas de los avances tecnológicos en cada período histórico han ido, mejor o peor, y quizá cierto es que muy a menudo más peor que mejor, solventándose aun cuando la liberación de tareas que tales avances han conllevado no han representado una mejoría como mínimo inmediata para mucha gente. Seguro, pues, que ahora lo peor que la actual tecnología pueda económicamente representar encuentra su modo de solucionarse.
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Es tan fácil como legítimo exigir a la propuesta liberadora de tareas humanas, en general y robótica en particular, el que especifique de qué modo, según esta propuesta, se conjuga tal liberación con la prosperidad económica para el conjunto de la humanidad en la mayor medida posible. Sin pretender, por la misma imposibilidad de ofrecer fórmulas mágicas, intentar aportar una fórmula de esta clase, está claro, de entrada, que las perspectivas sustitutivistas parten de que no cabe siquiera que contemplemos la prosperidad económica para el mayor número de gente factible. Por eso mismo, una vez más, merece la postura liberadora una mayor atención, aun sin poder aportar fórmula mágica alguna, pero sí por lo menos alguna clase de fórmula.
Las más nefastas de las consecuencias económicas de los avances tecnológicos en cada período histórico han ido, mejor o peor, y quizá cierto es que muy a menudo más peor que mejor, solventándose aun cuando la liberación de tareas que tales avances han conllevado no han representado una mejoría como mínimo inmediata para mucha gente. Seguro, pues, que ahora lo peor que la actual tecnología pueda económicamente representar encuentra su modo de solucionarse.
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La retrospectiva tecnológica
Se aprecia una correspondencia entre, de un lado, el sustitutivismo prorrobótico y la retrospectiva tecnológica cortoplacista, y de otro lado, la liberación robótica de tareas humanas y la retrospectiva tecnológica largoplacista. Mayor motivo existe entonces para decantarse por la más sensata y optimista concepción liberadora que por el elitista sustitutivismo.
Queda bastante claro que, en torno al último siglo, hemos asistido al mayor progreso tecnológico jamás experimentado en la historia; tanto es así, y tantas son las mejoras que esto ha conllevado superando casi toda limitación humana, que no es, de hecho, difícil caer en la falsa impresión de que ello no resulta sino algo que, por esa superación de casi toda limitación humana, pone de manifiesto que el propio género humano roza, o incluso toca del todo, la completa condición de prescindible o hasta de inservible: de ahí la retrospectiva cortoplacista en que tal impresión consiste y que da lugar a posturas como el sustitutivismo prorrobótico. Lo que, en cambio, con la perspectiva liberadora hacemos, lejos de ignorar o negar la inevitable sustitución tecnológica de tareas humanas, es considerarla una tendencia natural de la propia humanidad desde que el ser humano es ser humano e intentar interpretar coherente e inclusivamente, según esto, cuál es el capítulo que estamos viviendo ahora.
Ante la disyuntiva de liberación o sustitución de los humanos mismos en general y por robots en particular, optar por la opción liberadora te resultará una vía para confirmar que hay razones para creer en la esperanza del propio género humano para mejorar por sí mismo y en su conjunto. La sustitución, sea total o parcial, no te reporta otra cosa que, lamentable y respectivamente, orientar tu mentalidad hacia odiar a cualquier persona, tú inclusive, o hacia lo que se desprenda de una élite de gente.
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Queda bastante claro que, en torno al último siglo, hemos asistido al mayor progreso tecnológico jamás experimentado en la historia; tanto es así, y tantas son las mejoras que esto ha conllevado superando casi toda limitación humana, que no es, de hecho, difícil caer en la falsa impresión de que ello no resulta sino algo que, por esa superación de casi toda limitación humana, pone de manifiesto que el propio género humano roza, o incluso toca del todo, la completa condición de prescindible o hasta de inservible: de ahí la retrospectiva cortoplacista en que tal impresión consiste y que da lugar a posturas como el sustitutivismo prorrobótico. Lo que, en cambio, con la perspectiva liberadora hacemos, lejos de ignorar o negar la inevitable sustitución tecnológica de tareas humanas, es considerarla una tendencia natural de la propia humanidad desde que el ser humano es ser humano e intentar interpretar coherente e inclusivamente, según esto, cuál es el capítulo que estamos viviendo ahora.
Ante la disyuntiva de liberación o sustitución de los humanos mismos en general y por robots en particular, optar por la opción liberadora te resultará una vía para confirmar que hay razones para creer en la esperanza del propio género humano para mejorar por sí mismo y en su conjunto. La sustitución, sea total o parcial, no te reporta otra cosa que, lamentable y respectivamente, orientar tu mentalidad hacia odiar a cualquier persona, tú inclusive, o hacia lo que se desprenda de una élite de gente.
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Sustitutivismo prorrobótico
Por si el concepto de sustitutivismo robótico suscitase alguna confusión respecto a si robótico hace referencia al sujeto o al objeto del sustitutivismo, representa una pertinente opción la de la denominación de sustitutivismo prorrobótico y así hacer que quede claro que la idea de fondo es que lo robótico es con lo que se sustituye y no lo que sustituye. Tal sustitutivismo es una pretendida doctrina a la que no suele escapar una forma de elitismo humano.
Curiosamente acostumbran a ser, en principio, científicos quienes se muestran más sustitutivistas prorrobóticos: justo aquéllos, los científicos, que son más susceptibles de ser sustituidos antes que artistas, y demás perfiles ocupacionales, por lo robótico si un tal nocivo sustitutivismo se llevase a cabo hasta sus últimas consecuencias. En cualquiera de los casos, quien defiende tal pretendida doctrina parte indudablemente de una firme convicción en cuanto a la inutilidad del propio ser humano, lo cual no puede sino emerger con toda seguridad de un sentimiento de decepción respecto a los humanos mismos, salvo quizá respecto a una élite en la cual, por descontado, no es extraño que egoístamente quien defienda esto se autoincluya.
Si la postura sustitutivista prorrobótica no contempla siquiera que quien la defiende, o incluso alguien distinto, sea alguien que termine perteneciendo a esa élite humana que debiera coexistir con los robots, estás ante la postura de quien se supone que ha perdido por completo la fe en el género humano y no contempla más que de algún modo los humanos desaparezcan en pro de los robots. Es triste que, en especial, gente para nada ignorante asuma cualquier idea sustitutivista prorrobótica cuando existen motivos para formular una concepción como la de una liberación robótica de tareas humanas, concepción a toda luz mucho más sensata y optimista.
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Curiosamente acostumbran a ser, en principio, científicos quienes se muestran más sustitutivistas prorrobóticos: justo aquéllos, los científicos, que son más susceptibles de ser sustituidos antes que artistas, y demás perfiles ocupacionales, por lo robótico si un tal nocivo sustitutivismo se llevase a cabo hasta sus últimas consecuencias. En cualquiera de los casos, quien defiende tal pretendida doctrina parte indudablemente de una firme convicción en cuanto a la inutilidad del propio ser humano, lo cual no puede sino emerger con toda seguridad de un sentimiento de decepción respecto a los humanos mismos, salvo quizá respecto a una élite en la cual, por descontado, no es extraño que egoístamente quien defienda esto se autoincluya.
Si la postura sustitutivista prorrobótica no contempla siquiera que quien la defiende, o incluso alguien distinto, sea alguien que termine perteneciendo a esa élite humana que debiera coexistir con los robots, estás ante la postura de quien se supone que ha perdido por completo la fe en el género humano y no contempla más que de algún modo los humanos desaparezcan en pro de los robots. Es triste que, en especial, gente para nada ignorante asuma cualquier idea sustitutivista prorrobótica cuando existen motivos para formular una concepción como la de una liberación robótica de tareas humanas, concepción a toda luz mucho más sensata y optimista.
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La liberación robótica de tareas humanas
Aunque hasta lo artístico va cada vez más conduciéndose por procedimientos automatizados, el temor a la desaparición del arte creado por humanos es con toda probabilidad lo último por lo que hace falta preocuparse en lo que a la robotización de tareas respecta. Incluso en, por lo menos, igual medida que en lo científico, el aumento de lo automatizado debe resultar un más interesante reto para la creatividad humana, impulsándola y no aminorándola.
Lo que antes que la en sí misma tan variada creatividad artística sustituiría en cualquier caso el eminentemente algorítmico proceder robótico sería el propio pensamiento científico humano, lo cual sin embargo dista mucho de que sea factible, además de ser nada deseable en sí, aun con la asunción y convicción de que por supuesto la robotización seguirá abarcando bastantes tareas humanas científicas. Habrá robots que harán, y de hecho ya haya robots que hagan quizá, tanto ciencia como arte y por su propia cuenta, casi o por completo sin intervención humana, pero si la liberación robótica de tareas humanas no hace sino dejar margen para que justo los humanos pensemos más y mejor, sin duda arte y ciencia van a seguir progresando enormemente, y hasta mejor que nunca, a manos de los humanos.
En lo artístico, a diferencia de en lo científico, bien puedes considerar que la dependencia de lo que el público determine es parte fundamental en cuanto a confirmar o no que la obra en cuestión, sea de autoría humana o robótica, es digna de ser apreciada como tal. Arte, a lo menos en buena medida, es o no arte si lo dictamina el público, mientras que la ciencia es o no ciencia independientemente, también en buena medida a lo menos, de lo que al público le pueda parecer.
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Lo que antes que la en sí misma tan variada creatividad artística sustituiría en cualquier caso el eminentemente algorítmico proceder robótico sería el propio pensamiento científico humano, lo cual sin embargo dista mucho de que sea factible, además de ser nada deseable en sí, aun con la asunción y convicción de que por supuesto la robotización seguirá abarcando bastantes tareas humanas científicas. Habrá robots que harán, y de hecho ya haya robots que hagan quizá, tanto ciencia como arte y por su propia cuenta, casi o por completo sin intervención humana, pero si la liberación robótica de tareas humanas no hace sino dejar margen para que justo los humanos pensemos más y mejor, sin duda arte y ciencia van a seguir progresando enormemente, y hasta mejor que nunca, a manos de los humanos.
En lo artístico, a diferencia de en lo científico, bien puedes considerar que la dependencia de lo que el público determine es parte fundamental en cuanto a confirmar o no que la obra en cuestión, sea de autoría humana o robótica, es digna de ser apreciada como tal. Arte, a lo menos en buena medida, es o no arte si lo dictamina el público, mientras que la ciencia es o no ciencia independientemente, también en buena medida a lo menos, de lo que al público le pueda parecer.
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Hacia un arte digital
Por mucha innegable trascendencia tecnológica que, de por sí, el ciberespacio y, por tanto, la blogosfera conllevan, terminar siendo una herramienta y hasta un fenómeno de una trascendencia de gran calado pasa por el hecho de no sólo consistir en algo técnico, sino por devenir una canalización de las manifestaciones artísticas y, en este sentido, personales. Entonces puede considerarse una trascendencia que implique un vuelco histórico.
Si, a quienes todavía conciben lo telemático y, por eso mismo, la blogosfera en tanto que algo accesorio y casi prescindible salvo, en todo caso, para ciertas obligaciones, les faltan motivos para siquiera replantearse esto, sólo es necesario que se fijen en cómo todo lo artístico va orientándose hacia un arte digital tanto hacia experiencias más bien de tipo introspectivo como hacia más bien de tipo inmersivo. Los propios artistas, entre los que el purismo analógico podemos considerar que, si se da, va siendo irremediablemente residual, parece que no manifiestan dudas ante su preferencia por las herramientas y, en particular, entornos digitales para desarrollar su creatividad.
Desde luego, el ahorro económico que supone lo digital en comparación a lo analógico en un ámbito como el artístico, donde la inversión en material es tanta y por lo común tan cara si no es digital, hace más que comprensible que sobre todo las nuevas generaciones de artistas no duden en abrazar los materiales virtuales. Al sumarle a esto la ubicuidad de lo telemático, que hace prescindible tener que disponer de un estudio físico y de salas de exposición asimismo físicas, es evidente que en lo artístico digital puedes detectar una tendencia más que firme.
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Si, a quienes todavía conciben lo telemático y, por eso mismo, la blogosfera en tanto que algo accesorio y casi prescindible salvo, en todo caso, para ciertas obligaciones, les faltan motivos para siquiera replantearse esto, sólo es necesario que se fijen en cómo todo lo artístico va orientándose hacia un arte digital tanto hacia experiencias más bien de tipo introspectivo como hacia más bien de tipo inmersivo. Los propios artistas, entre los que el purismo analógico podemos considerar que, si se da, va siendo irremediablemente residual, parece que no manifiestan dudas ante su preferencia por las herramientas y, en particular, entornos digitales para desarrollar su creatividad.
Desde luego, el ahorro económico que supone lo digital en comparación a lo analógico en un ámbito como el artístico, donde la inversión en material es tanta y por lo común tan cara si no es digital, hace más que comprensible que sobre todo las nuevas generaciones de artistas no duden en abrazar los materiales virtuales. Al sumarle a esto la ubicuidad de lo telemático, que hace prescindible tener que disponer de un estudio físico y de salas de exposición asimismo físicas, es evidente que en lo artístico digital puedes detectar una tendencia más que firme.
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En pro del avance de la ciencia
Hacer encajar la originalidad entre las referencias que supongan apoyos y la experiencia propia que suponga el aporte particular es el reto que todo pretendido buen planteamiento debe asumir para enfrentar bien un debate o una simple exposición. Sin originalidad, sólo se logra en el mejor de los casos confirmar aquello que en su momento las referencias planteasen.
El desconcierto de a quien expongamos nuestra postura de debate es lo que en la elaboración de la originalidad debemos evitar a toda costa, sin perjuicio de buscar un cierto y hasta imprescindible efecto sorpresa bajo la intencionalidad de devenir sorpresa causante de curiosidad, no de ese desconcierto que no hará más que acrecentar nuestras opciones de sufrir rechazo. En lo artístico, y en esta línea lo que en los blogs se correspondería más con blogs personales, es habitual que encontremos la originalidad como un elemento esencial, pero lo que concierne a lo científico, o impersonal, no está, o no debiera estar, exento de una necesaria originalidad, aunque sólo sea en lo formal y si se quiere no tanto en lo que concierne al fondo.
Mientras la evidencia no experimente detrimento, buscar la originalidad en lo científico, precisamente en pro del avance de la ciencia, es legítimo y, de hecho, imprescindible. Cuando la historia está, como sin duda parece que está, dando un gran paso tras el cual poco parece que va a parecerse a la etapa anterior, resultan más acuciantes que nunca nuevas reinterpretaciones científicas y, por ende, aportar dentro de lo riguroso originalidad.
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El desconcierto de a quien expongamos nuestra postura de debate es lo que en la elaboración de la originalidad debemos evitar a toda costa, sin perjuicio de buscar un cierto y hasta imprescindible efecto sorpresa bajo la intencionalidad de devenir sorpresa causante de curiosidad, no de ese desconcierto que no hará más que acrecentar nuestras opciones de sufrir rechazo. En lo artístico, y en esta línea lo que en los blogs se correspondería más con blogs personales, es habitual que encontremos la originalidad como un elemento esencial, pero lo que concierne a lo científico, o impersonal, no está, o no debiera estar, exento de una necesaria originalidad, aunque sólo sea en lo formal y si se quiere no tanto en lo que concierne al fondo.
Mientras la evidencia no experimente detrimento, buscar la originalidad en lo científico, precisamente en pro del avance de la ciencia, es legítimo y, de hecho, imprescindible. Cuando la historia está, como sin duda parece que está, dando un gran paso tras el cual poco parece que va a parecerse a la etapa anterior, resultan más acuciantes que nunca nuevas reinterpretaciones científicas y, por ende, aportar dentro de lo riguroso originalidad.
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El sentido crítico
Si se defiende mal el planteamiento de la experiencia propia, además de deslegitimar aquello a lo que esa experiencia propia se suponga que debe derivar, se estará corriendo el riesgo de hasta reforzar aquello que en su caso se pretendiese rebatir de las referencias empleadas. La preparación para el planteamiento de y la participación en un debate tiene que, entonces, ser la mejor posible.
La mejor preparación de un debate con intención de vehicularlo por la blogosfera tiene un extraordinario potencial para, siendo el ámbito de los weblogs tan abierto y ubicuo por la propia condición del ciberespacio, lograr generar una interactividad global con la que hacer, del debate que sea, uno que sea de mucha mayor aportación al sentido crítico en comparación a lo que ha sido posible hacer por otros medios, todos ellos mucho menos interactivos cualitativa y cuantitativamente. Lejos, pues, de concebir como mayoritariamente parece que aún se concibe la blogosfera en tanto que un ámbito para lo poco o nada elaborado, será mucho mejor que aprovechemos los blogs para desarrollar el sentido crítico mucho más de lo que hasta ahora en la historia ha sido posible.
Por más que la blogosfera pueda parecerte por su alcance abierto y mundial un ámbito que no pueda ser sino caótico, haciendo la mejor preparación de tus contenidos, en especial si son para un debate, estarás ofreciendo por poca que sea una valiosa aportación al sentido crítico tan necesario para una sociedad mejor. El origen marcadamente académico que ha tenido Internet supone un apoyo al fomento de esta tecnología para hacer buenos debates.
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La mejor preparación de un debate con intención de vehicularlo por la blogosfera tiene un extraordinario potencial para, siendo el ámbito de los weblogs tan abierto y ubicuo por la propia condición del ciberespacio, lograr generar una interactividad global con la que hacer, del debate que sea, uno que sea de mucha mayor aportación al sentido crítico en comparación a lo que ha sido posible hacer por otros medios, todos ellos mucho menos interactivos cualitativa y cuantitativamente. Lejos, pues, de concebir como mayoritariamente parece que aún se concibe la blogosfera en tanto que un ámbito para lo poco o nada elaborado, será mucho mejor que aprovechemos los blogs para desarrollar el sentido crítico mucho más de lo que hasta ahora en la historia ha sido posible.
Por más que la blogosfera pueda parecerte por su alcance abierto y mundial un ámbito que no pueda ser sino caótico, haciendo la mejor preparación de tus contenidos, en especial si son para un debate, estarás ofreciendo por poca que sea una valiosa aportación al sentido crítico tan necesario para una sociedad mejor. El origen marcadamente académico que ha tenido Internet supone un apoyo al fomento de esta tecnología para hacer buenos debates.
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Un enfoque alternativo
La experiencia propia puede llegar en su desarrollo a derivar en aspectos que contradigan, o simplemente vayan mucho más allá de, toda referencia que se haya tomado para la base de la exposición. Esto no tiene que significar que se esté atacando ni desprestigiando la referencia de la que se trate, pues es normal que merezca justo un enfoque alternativo lo que de la experiencia se recabe a partir de donde esa referencia hubiese alcanzado.
Cualquier enfoque alternativo en aquella cuestión de análisis que se contemple será más fácilmente aceptado si, tanto en lo que confirmemos como en lo que rebatamos de las referencias, está argumentado suficientemente; si cumplimos este requisito cualitativo, es más que factible que nuestro enfoque sirva para devenir a su vez referencia de varios, o incluso muchos, otros planteamientos, logrando así cumplir el requisito cuantitativo que debe confirmar nuestra capacidad para la convicción. Dependiendo de la menor o mayor solidez del contexto al que nuestro nuevo enfoque corresponda, pese a todo costará respectivamente menos o más que ese enfoque alternativo fructifique.
Aun costando mucho y hasta recabando poco o ningún éxito, si te consideras capaz de desarrollar un enfoque alternativo es bueno que te lances a ello, máxime si tienes plena certeza de que cuentas con unas relevantes y coherentemente elegidas referencias. En la blogosfera encuentras la vía comunicacional más que adecuada en nuestros días para que, sea cual sea tu bagaje, te animes a cultivar tu propio enfoque alternativo, animando así a revisar para debatirlos aquellos temas que estimes.
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Cualquier enfoque alternativo en aquella cuestión de análisis que se contemple será más fácilmente aceptado si, tanto en lo que confirmemos como en lo que rebatamos de las referencias, está argumentado suficientemente; si cumplimos este requisito cualitativo, es más que factible que nuestro enfoque sirva para devenir a su vez referencia de varios, o incluso muchos, otros planteamientos, logrando así cumplir el requisito cuantitativo que debe confirmar nuestra capacidad para la convicción. Dependiendo de la menor o mayor solidez del contexto al que nuestro nuevo enfoque corresponda, pese a todo costará respectivamente menos o más que ese enfoque alternativo fructifique.
Aun costando mucho y hasta recabando poco o ningún éxito, si te consideras capaz de desarrollar un enfoque alternativo es bueno que te lances a ello, máxime si tienes plena certeza de que cuentas con unas relevantes y coherentemente elegidas referencias. En la blogosfera encuentras la vía comunicacional más que adecuada en nuestros días para que, sea cual sea tu bagaje, te animes a cultivar tu propio enfoque alternativo, animando así a revisar para debatirlos aquellos temas que estimes.
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Por experiencia propia
Si un debate se limita a contrastar ideas de otros, de en concreto quienes se tomen de referencias para dar pie al debate en cuestión, se está, en el mejor de los casos, dejando de sacar bastante jugo a lo que de un buen debate se puede extraer. El simple dar vueltas a lo bueno y no tan bueno que puedan tener o no las referencias que se tomen aquí no es la intención, pues, de lo que pretende desarrollarse.
Aportar la propia experiencia a lo que de un debate basado en unas buenas referencias emana es la mejor actitud que alguien puede adoptar para que su participación sea auténticamente enriquecedora. Todo lo que, por tanto, se salga de allá hasta donde las referencias tomadas lleguen lo seguiré basando en lo que mi experiencia propia me proporcione. Ya sólo por abordar un tema como es la blogosfera misma, recurrir a la experiencia propia es en muchas ocasiones lo único a lo que, de hecho, cualquiera es muy posible que pueda atenerse, pues el ámbito de los blogs es uno al que todavía hoy parece que le falta bastante disponer de unas relevantes referencias, ante lo cual espero que precisamente lo que por experiencia propia aquí se va reflejando sirva para devenir en una referencia tal.
Haciendo buen uso de las pertinentes referencias de debate, éstas no tienen que cumplir prácticamente otra función sino la de constituir apoyos a lo que luego por tu propia experiencia plantees. Unos buenos apoyos conducen a que la exposición de tu propia experiencia se dote de mayor consistencia y que esa experiencia misma adquiera condición de nuevo apoyo para el planteamiento que otros quieran hacer de sus propias experiencias.
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Aportar la propia experiencia a lo que de un debate basado en unas buenas referencias emana es la mejor actitud que alguien puede adoptar para que su participación sea auténticamente enriquecedora. Todo lo que, por tanto, se salga de allá hasta donde las referencias tomadas lleguen lo seguiré basando en lo que mi experiencia propia me proporcione. Ya sólo por abordar un tema como es la blogosfera misma, recurrir a la experiencia propia es en muchas ocasiones lo único a lo que, de hecho, cualquiera es muy posible que pueda atenerse, pues el ámbito de los blogs es uno al que todavía hoy parece que le falta bastante disponer de unas relevantes referencias, ante lo cual espero que precisamente lo que por experiencia propia aquí se va reflejando sirva para devenir en una referencia tal.
Haciendo buen uso de las pertinentes referencias de debate, éstas no tienen que cumplir prácticamente otra función sino la de constituir apoyos a lo que luego por tu propia experiencia plantees. Unos buenos apoyos conducen a que la exposición de tu propia experiencia se dote de mayor consistencia y que esa experiencia misma adquiera condición de nuevo apoyo para el planteamiento que otros quieran hacer de sus propias experiencias.
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Relevantes y coherentemente elegidas referencias
Tanto para el concepto de era de la información como para el de aldea global, remito e invito a cualquiera que lo estime oportuno a consultar directamente los autores de los que los tomo y así estar en mejor condición de valorar lo acertado o desacertado de mis interpretaciones en cuanto a esos mismos conceptos. Para todavía mayor certeza, consúltese además en la medida de lo factible lo que autorías académicas especializadas en comunicación tengan que manifestar.
Por poco que yo haya podido interpretar bien la esencia de las respectivas obras de Castells y de McLuhan, estoy convencido de que es lo suficiente como para plantear algo que sea de cierto sentido y, en todo caso, no dejará de poder representar un planteamiento más que, sea para apoyarlo, sea para rebatirlo, bien puede contribuir al sano debate. Justo para plantear un buen debate es básico que el punto de inicio sea interesante y que vaya acompañado de relevantes y coherentemente elegidas referencias de partida: me parece que esto lo cumplo, pues se trata de la interpretación de lo que puede ser hoy un cambio contextual mundialmente histórico y moldear tal interpretación según lo que han legado dos figuras tan eminentes.
Las referencias escogidas, en este caso las mencionadas obras de Castells y de McLuhan, podrás considerarlas definitivamente relevantes y coherentemente elegidas en la medida que, más allá de lo que podría parecer una simple excusa aleatoria, yo pueda elaborar un consistente discurso no sólo en el comienzo, si bien esto es esencial, sino en el desarrollo hasta donde pueda tener sentido. Para no suponer demasiada información inicial para el público no experto, ni insuficiente para el público experto, otras referencias irán, en su caso, siendo añadidas al ritmo conveniente.
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Por poco que yo haya podido interpretar bien la esencia de las respectivas obras de Castells y de McLuhan, estoy convencido de que es lo suficiente como para plantear algo que sea de cierto sentido y, en todo caso, no dejará de poder representar un planteamiento más que, sea para apoyarlo, sea para rebatirlo, bien puede contribuir al sano debate. Justo para plantear un buen debate es básico que el punto de inicio sea interesante y que vaya acompañado de relevantes y coherentemente elegidas referencias de partida: me parece que esto lo cumplo, pues se trata de la interpretación de lo que puede ser hoy un cambio contextual mundialmente histórico y moldear tal interpretación según lo que han legado dos figuras tan eminentes.
Las referencias escogidas, en este caso las mencionadas obras de Castells y de McLuhan, podrás considerarlas definitivamente relevantes y coherentemente elegidas en la medida que, más allá de lo que podría parecer una simple excusa aleatoria, yo pueda elaborar un consistente discurso no sólo en el comienzo, si bien esto es esencial, sino en el desarrollo hasta donde pueda tener sentido. Para no suponer demasiada información inicial para el público no experto, ni insuficiente para el público experto, otras referencias irán, en su caso, siendo añadidas al ritmo conveniente.
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