La experiencia propia puede llegar en su desarrollo a derivar en aspectos que contradigan, o simplemente vayan mucho más allá de, toda referencia que se haya tomado para la base de la exposición. Esto no tiene que significar que se esté atacando ni desprestigiando la referencia de la que se trate, pues es normal que merezca justo un enfoque alternativo lo que de la experiencia se recabe a partir de donde esa referencia hubiese alcanzado.
Cualquier enfoque alternativo en aquella cuestión de análisis que se contemple será más fácilmente aceptado si, tanto en lo que confirmemos como en lo que rebatamos de las referencias, está argumentado suficientemente; si cumplimos este requisito cualitativo, es más que factible que nuestro enfoque sirva para devenir a su vez referencia de varios, o incluso muchos, otros planteamientos, logrando así cumplir el requisito cuantitativo que debe confirmar nuestra capacidad para la convicción. Dependiendo de la menor o mayor solidez del contexto al que nuestro nuevo enfoque corresponda, pese a todo costará respectivamente menos o más que ese enfoque alternativo fructifique.
Aun costando mucho y hasta recabando poco o ningún éxito, si te consideras capaz de desarrollar un enfoque alternativo es bueno que te lances a ello, máxime si tienes plena certeza de que cuentas con unas relevantes y coherentemente elegidas referencias. En la blogosfera encuentras la vía comunicacional más que adecuada en nuestros días para que, sea cual sea tu bagaje, te animes a cultivar tu propio enfoque alternativo, animando así a revisar para debatirlos aquellos temas que estimes.
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