Lo alfabético puede tener uso numérico tal y como se aprecia en las letras que representan incógnitas de fórmulas matemáticas o las que se utilizan en los números romanos. Es por eso que lo interesante para analizar el ámbito en que lo algorítmico y lo robótico acusan inaccesibilidad para igualar o superar al raciocinio humano es centrarse en la subvertiente alfabética idiomática.
De acotar más todavía lo que hasta a la avanzadísima IA le puede resultar difícil de hacer indistinguible respecto a lo humano, tenemos que dentro de lo alfabético idiomático observar lo literario. Sin embargo, aun siendo la buena densidad semántica de conjunto o contextual aquello que en esencia dificulta en mayor grado a la IA que no parezca robótico el mensaje resultante, va siendo esto cada vez más insuficiente por el impresionante progreso que la propia IA no deja de experimentar, así que cabe que no dejemos de recurrir a la considerable extensión del mensaje sin perder una clara coherencia de conjunto, lo cual a un algoritmo va a resultarle siempre complejo al no serle, por definición, posible salirse de la diagramación que le caracteriza; salirse de tal guisa, en cambio, suele ser necesario en las a menudo laberínticas obras literarias.
En literatura, lo laberíntico puede caracterizar por igual a los géneros de ficción y de no ficción, dependerá del aspecto técnico que, sea una u otra clase de género literario, pretendas otorgar a tu obra. A mayor aspecto técnico, ficción y no ficción son más robotizables y menos a mayor aspecto artístico, sobre todo, en todos los casos, teniendo en cuenta el aspecto técnico formal, que es lo más fácilmente copiable.
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