Desde el momento en que la capacidad de reproducción, asimilación, imitación o combinación entre formatos de comunicación deviene digital, estamos ante lo que propiamente sería la transformación multimedia de prácticamente toda clase de información. Se transforma, así, la creación y gestión de datos, tareas y procedimientos.
He aquí, pues, al fin y al cabo lo que viene a ser la informática: consiste en una nueva forma de tratar la información de todo tipo, entendida fundamentalmente como datos y que, a partir de ahí, puede devenir información verdaderamente útil o no según el tratamiento específico que le demos. En la informática cabe, en realidad, tanto información como desinformación, resultando información por igual una y otra.
La necesaria distinción entre información y desinformación sigue estando realmente ligada al criterio de los que producen y los que consumen tales datos que la digitalización posibilita crear y almacenar en multimedia. Por lo tanto, las comodidades que la informatización proporciona no tienen que derivar en razonar menos.
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