En base al momento en el que, por lo que se conoce, la blogosfera tomó tal denominación y considerando que desde entonces se la puede tomar en tanto que un fenómeno de relevancia, se está en condición de apreciar que cualquiera que en la actualidad se encuentre más o menos en la franja de la mayoría de edad, considerando por lo general los 18 años, o que sea aún más joven desconoce un mundo sin blogosfera. La usará en mayor o menor medida pero su marco referencial no incluye realidad previa alguna.
La importancia de que una tecnología de amplia repercusión llegue a pasar la mayoría de edad, más allá de que eso pueda suscitar ideas conmemorativas, radica en que hay también una generación de gente en cuya memoria no existe un mundo sin tal tecnología: con la blogosfera, estamos en un punto como éste. A medida que la generación nacida en la eclosión y continuidad de los blogs siga su trayectoria general y diversa por la vida, el uso que haga del ámbito bloguero, sea el uso que sea y en la medida que sea, no estará enfocado desde la sensación de la novedad, como sí lo ha estado, y en buena medida lo sigue estando, para quienes han vivido un mundo previo al ámbito bloguero. Cada vez más, sin que por ello la blogosfera tenga por qué devenir ni mucho menos aburrida, los blogs se emplearán con toda probabilidad partiendo de la más pura perspectiva funcional y rutinaria. La idea de un proyecto bloguero tiene capacidad como para ser en las próximas generaciones algo que constituya lo más normal de la actividad cotidiana de cualquiera, es más, de la mayoría de la sociedad.
Tras haber evolucionado hasta hoy, la blogosfera tiene una primera generación plenamente blóguer en el sentido de que para los de tal generación los blogs son un elemento más de su experiencia vital, los usen en la medida que los usen, si bien todo parece apuntar a un cada vez mayor uso en general. Si perteneces a esa generación serás, o por lo menos te convendrá ser, de los que bloguean en tanto que una acción normal por completo, incluso natural, casi por inercia. En caso de que seas de una generación previa, no te sorprendas, ni mucho menos te alarmes, ante la naturalidad adoptada por la primera generación plenamente blóguer, se trata de la normalización que conlleva toda tecnología relevante.
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