Sin necesidad de tener datos concretos, se podría dar por descontado que los perfiles de redes sociales son muy probablemente más numerosos que los blogs de la macroblogosfera, pero limitarse a desarrollar únicamente la práctica del microblogueo implica que, al dejarse de lado la macroblogosfera, se prescinde de toda una capacidad comunicativa muy potente y más personalizable. Lo interesante en la tarea bloguera general es procurar tener presencia en ambos niveles.
Ya que la interactividad entre personas, según nos parece, se ha desarrollado más en las redes sociales, por estas redes le resultará más atractivo a mucha gente el acceso a la blogosfera. Sin embargo, conformarse con tener únicamente presencia en redes sociales da lugar a que desperdiciemos la oportunidad de desarrollar proyectos más genuinos, y ahí radica el mérito de lo que hemos denominado la macroblogosfera. Lo más adecuado es que la tendencia que desarrollemos sea la de la convivencia en ambos niveles: uno, el de un blog convencional, en el que hacemos crecer nuestro proyecto, sea individual o en equipo, de manera más única y original gracias a las notables posibilidades de interacción con la plataforma bloguera; y el otro, el del microblogueo, o sea el de las redes sociales, donde con unas funcionalidades más basadas en un prediseño poco modificable, nos es más fácil interactuar con otras personas a través principalmente de las propias redes. Aunque haya más micro que macro, en definitiva, ambos niveles de la blogosfera se complementan, de modo que, desde nuestro punto de vista, una tarea bloguera completa pasa por intentar siempre cultivar tanto un nivel como el otro, que a título de ejemplo se podrían equiparar con la macroeconomía y la microeconomía: la segunda, en cuanto a agentes que la componen es más numerosa porque, por lo menos en general, hay más pequeñas y medianas empresas que grandes empresas y multinacionales, pero los dos niveles de la economía son importantes e incluso se pueden nutrir recíprocamente. La presencia en la macroblogosfera y en la microblogosfera, no tiene por qué desarrollarse necesariamente a la vez, aunque creemos que es lo más recomendable: si lo consideramos oportuno, lo hacemos progresivamente, empezando por donde mejor nos parezca; por ejemplo, primero haciendo el blog y después, al cabo de un tiempo, un perfil en una red social, luego y pasado otro cierto tiempo, otro perfil en otra red social y así hasta lo máximo que podamos; tal desarrollo y su ritmo dependerá en gran medida tanto de las habilidades de uno mismo como de si hacemos el proyecto de manera individual, o bien, en equipo.
Mediante las redes sociales la interactividad con otras personas la podrás cultivar seguramente de manera mucho más intensa pero lo mejor será que no te dejes maravillar únicamente por esto desperdiciando la oportunidad de hacer un blog al uso, con el cual, si bien te requerirá con toda probabilidad más tiempo, y esfuerzo, para interactuar con la plataforma a fin de elaborar algo genuino, tendrás precisamente un espacio con interesantes herramientas de personalización. Tener un blog convencional, o sea en la macroblogosfera, potencia lo único y genuino mientras que las redes sociales te serán más útiles para el desarrollo de una dimensión de interactividad más colectiva.
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