Hasta la más elaborada de las metáforas

Las denominadas figuras retóricas fácilmente se pueden asociar con lo artístico, concretamente con lo literario, y bien es cierto que probablemente sea su ámbito natural. No obstante en los discursos que por lo general son menos personales pueden venir bien y cumplir una función que se adecúe a un propósito más de tipo práctico.

En el ámbito literario es un recurso habitual, y de hecho muy recomendable, el recurso a las figuras retóricas para dar lugar a un estilo variado y emotivo, dentro de lo cabe esperar de publicaciones de tipo artístico. Si llevas a cabo un blog personal y si ya eres además bloguero experimentado, probablemente hagas uso constante de ello pero si te has basado hasta el momento en figuras retóricas inspiradas en algunos autores literarios concretos que tengas de referencia, quizá te convenga explorar otras figuras retóricas para que el público aprecie que la experiencia que adquieres también conduce a una evolución de tu estilo expresivo, y para acabar llegando precisamente al punto en que se pueda reconocer que algo es genuinamente tuyo. En caso de blogueros potenciales, o bien, incipientes, al emprender un blog personal y no ocurrírseles cómo expresarse, les podrá resultar beneficioso intentar recordar algún texto de lo que les haya gustado leer e intentar aplicarlo, que no copiarlo descaradamente, en las publicaciones propias. Pero si nuestro blog es de tipo impersonal, y seamos más o menos blogueros experimentados, las figuras retóricas, empleadas en sentido práctico, nos servirán para comparar hechos y conceptos con referentes que de entrada al público les resulten más familiares: estas figuras retóricas pueden ir igualmente desde la simple comparación en plan 'igual que...', 'tan... como...', entre otros símiles, hasta la más elaborada de las metáforas, consiguiendo así que, dentro de lo técnico que pueda ser el tema que abordemos, la forma en que lo explicamos lo dote de un carácter atractivo, incluso para el público al que en un principio le pueda interesar menos el asunto tratado.

Aunque no hagas un blog personal, las figuras retóricas te serán de utilidad para clarificar conceptos y descripciones. Procura que no sean tan rebuscadas como quizá podría ser más permisible en la literatura, sino que se aprecie bien y en un sentido práctico el nexo y que, ya emplees una comparación simple, o bien, una profunda metáfora, la figura retórica en cuestión permita que lo que se explica quede claramente definido estableciendo un referente al público con el que el contenido sea más comprensible.

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