Cuando se trata de proceder por complejidad no es cuestión de moverse siempre en lo dificultoso para la propia autoría. Según el ciclo de la trayectoria en el que autoría y blog, u otro proyecto, se encuentren será lo complejo, aun sin dejar de ser complejo, más fácil de llevar a cabo, en particular por parte de una autoría que haya sabido mejorar su propia práctica.
Todo proyecto de por sí concebido desde la complejidad podrá no dejar de seguir siendo complejo en la teoría, incluso para la misma autoría que así lo haya concebido y puesto en marcha; pero en la práctica, y en particular para esa misma autoría que haya puesto en marcha el proyecto y haya continuado realizándolo, tal proyecto debe tener por tendencia la de devenir sencillo lo complejo y así favorecerse la propia autoría continuar realizando esa iniciativa cada vez de manera más cómoda. Con el paso del tiempo, si realizar el blog o la clase de proyecto que sea le resulta más complicado a la autoría, no será en general atribuible la complicación a la complejidad en sí misma que pueda definir al proyecto, sino a la incapacidad que para hacer sencillo lo complejo la autoría tenga por el motivo que fuere.
Si la dinamización de tu blog, y por extensión cualquier otro proyecto que por ende no sea estático, no te resulta cada vez más fácil, puede ser conveniente que revises la concepción en sí misma del proyecto porque tal vez aplicases en efecto una fórmula inicial merecedora de replanteamiento hacia una simplificación. En caso de que, en cambio, la complejidad sea la adecuada, tienes que hacer cuanto esté a tu alcance por asimilar esa complejidad hasta que te resulte sencilla.
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