Es necesaria la complejidad para lograr una conveniente especialización, sea en la forma, sea en el fondo, sea en ambos: lo especializado no es sinónimo de fácil sino que se trata de lo bien definido desde una conveniente diversidad previa. Se trata de que tras alguien mismo evaluarse con propiedad al máximo en cuanto a lo que ese alguien pueda abarcar, decida hacia dónde focalizarse.
De una especialización, aquello que emane requiere que tal especialización sea resultado de un minucioso acto de ir al detalle y no de simples ganas de ir a lo simple. Estamos por tanto ante una decisión compleja al optar por especializarnos, pues con mucho motivo tenemos que hallar cómo, aun con la especialización, diferenciarnos de ciertas cuestiones, empezando por otras autorías, o intermediarios, que se especialicen en lo mismo; así que, desde la especialización nos encontraremos asimismo en la necesidad de no dejar de lado cierta diversidad, pero se trata de una diversidad respecto a la comparativa con otros y no ya tanto dentro del conjunto de lo que transmitamos.
Restando complejidad a lo que te suponga un proceso de especialización, sólo conseguirás que tu especialización alcance poco más que una esencia de resumen de aquello que con toda probabilidad alguien más haya expresado o no le resulte muy difícil expresar y, en cualquier caso, con seguramente mejores forma y fondo que lo que tú hayas comunicado. Mantén tu predisposición a la complejidad tanto en lo especializado como si tuvieras que orientarte a la diversidad.
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