Cuando los robots tomen conciencia

En base a la propia ciencia a la que pretende acogerse, el sustitutivismo robótico no conduce sino, mediante su versión elitista o selectiva, a la hipocresía y, mediante su versión absoluta, a lo absurdo. Y para acabar de redondear su incongruencia general, tanto en una vertiente como en otra, a menudo el sustitutivismo robótico añade el componente de la, más o menos considerada inevitable, toma de conciencia de los robots.

Puede que más por una pura obsesión que otra cosa respecto al sustitutivismo robótico, y en este sentido llegando hasta los extremos de incongruencia que hagan falta para intentar validar tal supuesta ideología, encontremos quien procure defender que la sustitución robótica no va siquiera a ser una cuestión que dependa de los propios humanos porque, y paradójicamente de nuevo, con un cierto aporte quizá de la propia humanidad, cuando los robots tomen conciencia de sí mismos nada habrá que hacer ya para el ser humano. De entrada, puestos a concebir posibles tomas de conciencia de sí mismos en tanto que seres racionales superiores por parte de no humanos, por sentido común sería antes más fácil que tomasen conciencia seres ya de por sí vivos que seres que al fin y al cabo no dejan de ser piezas inertes que los humanos combinamos de la manera que nos interesa. Puestos además a adentrarnos, como de hecho hacemos por lo menos en buena medida al abordar toda esta temática, en el ámbito más bien de la ciencia ficción y aprovechando para recurrir a la cultura pop, en especial a la cinematográfica, bien podríamos afirmar que sería más fácil que, en cierto modo a lo menos por pura evolución de las especies, tomasen antes conciencia de seres racionales superiores unos simios que acabasen incluso por relevar a los humanos como seres dominantes en la Tierra, que en cambio lo hiciesen implacables androides exterminadores que tal vez, ya puestos también, hasta viajen por el tiempo.

Sean seres vivos o robots, dándose el caso en cualquiera de las circunstancias de que en efecto nos topásemos con su toma de conciencia en tanto que seres racionales superiores capaces de desarrollar ciencia y arte, si eres humano artista no estarías necesariamente en mayor desventaja que el humano científico, pues en lo algorítmico el humano sería más sustituible de por sí, en especial por parte de robots, que el humano artista, si bien las máquinas pueden abarcar cada vez más lo creativo. En tanto que blóguer humano, y por extensión en tanto que cualquier clase de comunicador humano, debiera resultarle relativamente indiferente que hubiesen otros seres racionales superiores en la blogosfera o en otras vías comunicativas: tú harías tus tareas y funciones y ellos las suyas.

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