De autorreleerse a autoinspirarse

La autorrelectura tras la publicación de lo que uno mismo haya difundido es la clave para generar autoinspiración y hacer que lo próximo a publicar pueda seguir ofreciendo un cierto grado de originalidad al tiempo que mantenga la debida coherencia respecto a lo autorreleído pospublicado. Se trata, por tanto, de una práctica como mínimo recomendable y que llevada a cabo en profundidad deviene el fundamento por el que dar a lo que se vaya publicando un sentido en todo su conjunto.

Incluso no implicando, y de hecho sin demasiada conveniencia de que lo implique por lo menos siempre, una sucesión encadenada de publicaciones una exactamente detrás de otra respecto al desarrollo de un tema concreto, la coherencia de ideas a transmitir en lo que publiquemos en un blog u otra vía comunicativa debe prevalecer porque de lo contrario acabaremos más pronto que tarde por dar una sensación de inconsistencia en lo que realicemos; y para garantizar tal prevalencia debe transitarse el camino de autorreleerse a autoinspirarse. En ciclos primerizos del proyecto o del propio emprendedor, convendrá muy probablemente que procuremos hacer de manera estrictamente sucesiva publicaciones para las que una requiera autoinspiración en base a la anterior: así no perdemos nosotros mismos nuestro propio hilo temático, ni lo apartamos de inmediato de destacarlo ante el público o los públicos de que dispongamos. Una vez adquirida una cierta soltura que nos haga más fácil variar nuestras propias temáticas, podremos, y hasta deberemos, alternar más el tratamiento de lo que bajo una misma temática vayamos abordando en diferentes publicaciones de nuestro blog o canal comunicativo más o menos similar, de modo que no demos la sensación de que siempre tratamos lo que sea de manera puramente seriada, sino que a base de releer nuestras propias publicaciones plasmamos la autoinspiración en contenidos que vayan ofreciendo una dosis de variedad que combine el debido efecto sorpresa con la coherencia global de lo que expongamos.

Mediante la autorrelectura de lo que ya hayas blogueado, o difundido por otra vía más o menos similar, te autoabasteces de sustentos en los que basar próximas publicaciones, dándote así a ti mismo oportunidad de complementar lo que hayas expuesto con anterioridad. Ante todo público que tengas, tal conexión de unos contenidos con otros contribuye a demostrar consistencia en cada publicación que hagas en particular y en todo tu proyecto en general.

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