Por la estrecha relación entre la idea planteada de omnimultimodalidad cultural y la ya bien conocida de diversidad cultural, merecen establecerse con claridad las diferencias entre ambas. Valga esto a su vez para ser extrapolable a las mismas expresiones pero con la referencia social en vez de la cultural. Al poner de entrada el centro en el ámbito cultural resulta más coherente aprovechar para abordar lo que concierne al mestizaje.
Elegir una denominación como la de omnimultimodalidad cultural cuando existe la de diversidad cultural no responde a ganas de complicarnos la vida. La diversidad cultural, lejos de ser un concepto puntualmente tratado, ha devenido en las últimas décadas un auténtico tema de estudio al más alto nivel y puede con facilidad hallarse en el discurso habitual de las políticas de muchas instituciones; pero más allá de que esto se haya producido en las últimas décadas, lo que encontramos en la diversidad cultural en sí misma es en definitiva un hecho indiscutible que no responde a un fenómeno de hace sólo unas décadas, sino que la humanidad prácticamente desde sus orígenes, desde el momento en el que pueda considerarse que tiene sentido referirnos a la cultura, ha tenido tendencia a diversificarse culturalmente en su expansión por el mundo y a su vez a que se generen encuentros, o rencuentros, entre las diversificadas culturas, pudiendo dar entre otros resultados el mestizaje. Por omnimultimodalidad cultural nos referimos no tanto a un hecho, sino a una actitud respecto a precisamente el hecho de la diversidad cultural; y en la medida en que es inclusiva o excluyente tal omnimultimodalidad, nos encontraremos respectivamente con que tal actitud será positiva o negativa, receptiva o rechazadora. Desde la omnimultimodalidad cultural, por tanto, se admite la diversidad cultural; pero es cuando por ambas partes entre dos culturas en contacto o variantes en contacto dentro de una misma cultura se asume la no superioridad intrínseca de una cultura o de una variante cultural sobre la otra que estará produciéndose omnimultimodalidad en modo inclusivo, mientras que de lo contrario estaremos dando lugar a omnimultimodalidad que en caso extremo puede derivar en actitudes racistas, fundamentalismos y guerras.
Inevitablemente, si hay como creemos que hay motivos para creer en que, en paralelo a la mejora tecnológica, el ser humano va liberando cada vez mejores capacidades mentales, la omnimultimodalidad cultural, que todavía hoy puedes apreciar que a nivel planetario y hasta entre las culturas supuestamente más avanzadas es de carácter marcadamente excluyente, irá derivando hacia la omnimultimodalidad cultural inclusiva. De ahí por supuesto no será de extrañar que sigan produciéndose más nuevos mestizajes a escala mundial y a todos los niveles textuales y contextuales y que de todo ello en el ámbito de los blogs quede reflejo.
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