Aunque en base al propio origen de la denominación de blogosfera hay formalmente y a nivel general una primera generación plenamente blóguer, existen multitud de entornos culturales donde aunque acabe, como es previsible, por llegar la total extensión del ciberespacio y por tanto del ámbito blóguer, no hay por esto mismo todavía, a nivel específico de tales entornos culturales, una primera generación plenamente blóguer o siquiera una primera generación medianamente blóguer. Ello no conlleva que se trate de culturas de las que no aprender desde donde se tenga ya práctica en lo hipertecnológico.
Hasta en aquellos lugares donde en efecto se da por completo una primera generación plenamente blóguer, o sea, que ya no ha conocido, a lo menos en gran profundidad, un mundo sin blogosfera, todavía puede ser fácil encontrar actitudes respecto a lo telemático en general y lo blóguer en particular que no vayan más allá de considerarlos con una importancia no demasiado relevante en relación a la que, supuestamente, mantienen otros grandes entornos comunicativos y, por extensión, otras manifestaciones de lo tradicional no necesariamente muy remoto. Siendo esto así, es natural que, donde la informática más simple aún no tenga como mínimo una cierta presencia, todavía tarde más en calar la relevancia que para toda la humanidad conlleva, por lo menos en potencia pero ya cada vez más a nivel efectivo, la eclosión de lo telemático y, dentro de éste, lo bloguero. En cualquier caso, a lo largo y ancho del planeta, y aunque sea poco a poco, todo apunta según nuestra perspectiva a que irán habiendo varias primeras generaciones plenamente blóguers que, según vayan manifestándose, concebirán el mundo desde la inherente interactividad bidireccional a gran escala que tan característica es justo en la blogosfera y, con esto, sin tener por qué dejar caer en el olvido el bagaje de generaciones anteriores sino, al contrario, contribuyendo mediante lo multimedia y los blogs a su conservación, configurarán unas relaciones interculturales más basadas en la omnimultimodalidad inclusiva.
Según vayas observando que cada vez en más lugares se dan las respectivas y específicas primeras generaciones plenamente blóguers, es importante no caer en juzgarlas considerándolas secundarias por el hecho de no haberse adaptado antes a este entorno tecnológico. Las generaciones de blóguers se necesitan unas a otras, tanto las primeras a las más recientes como a la inversa o, de no creer en esto, estarás poniendo límites a la misma interactividad, en especial la bidireccional, tan pertinente y genuina que puede llevar a que de la multiculturalidad mundial se deriven no tantos conflictos sino, todo lo opuesto, cada vez más concordia entre toda la humanidad.
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