De discos duros a la nube

Siendo el multimedia tan intuitivo de realizar y tan accesible, tenía que acabar siendo además telemático para que lo que hoy se denomina la nube cobrase sentido dando respuesta a las enormes capacidades de almacenamiento digital requeridas por ese mismo intuitivo y accesible multimedia que la informática ha ido facilitando. Ha consistido esencialmente, este fenómeno, en un paso de discos duros a la nube como mejor método de archivar contenido digital.

Claro que la nube, por no consistir sino en definitiva en servidores, también tiene sus discos duros o repositorios con dispositivos afines que es donde guardamos todo aquello que subimos, pero en un afán ilustrativo, y sin precisamente desmerecer otros dispositivos populares que han servido y sirven para el almacenaje digital, va bien concentrar el quid de la más reciente transformación multimedia en ese tránsito de discos duros a la nube digital. Va bien asimismo que no descuidemos procurar tener una copia de seguridad en local de aquello multimedia que realicemos, y para ello los habituales discos duros y similares tienen aún su vigencia, pero disponer de la nube ha sido un logro tecnológico clave.

Y de hecho, si bien cada vez menos, es en los discos duros donde todavía debes albergar, en un primer instante a lo menos, lo que luego cuelgues en la blogosfera y demás ubicaciones telemáticas. La razón de que sea cada vez menos es porque hay mucho que justo puedes, y a menudo debes, hacer directamente en la nube, pero igualmente no está de más que sigas generando una copia local.

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