Aquello que en definitiva marca la diferencia entre limitarse a navegar por Internet y ofrecer un sitio propio en línea no se reduce sino a un asunto de la interactividad que en un caso y otro se asume. El simple usuario navegante mantiene una interactividad casi o sólo unidireccional, mientras que al devenir servidor puede desplegarse una muy intensa interactividad bidireccional.
Cuando estamos navegando en el ciberespacio, cada servidor al que accedemos deviene, de entrada, emisor y nosotros nos mantenemos como simples receptores. Ya sólo al tener en cuenta esto, queda claro que, si asumimos la condición de servidor, estamos también situándonos en el rol de emisor inicial y cualquier otro usuario o cliente que acceda al sitio que ofrezcamos, ya sea o no tal sitio un weblog, será respecto a nosotros el receptor inicial; y estos roles así se mantendrán en, por lo menos, buena medida siempre que, en efecto, el usuario siga limitándose a navegar. El hecho de que el usuario únicamente navegue o decida interactuar bidireccionalmente con el sitio que ofrecemos dependerá de si nuestro sitio se caracteriza por las opciones de interactividad adecuadas que garanticen una bidireccional y atractiva navegabilidad.
La clásica y más sencilla manera de ofrecer interactividad y navegabilidad en un sitio de Internet es poniendo hipervínculos y, por ello, va bien que en caso de una autoría primeriza se opte por potenciar esta clase de recursos; también son buenas opciones los cuadros de diálogo, en los que un usuario puede, según estén configurados, introducir sus datos o sus opiniones. Por defecto, las plataformas genéricas ya suelen incluir en sus plantillas todos estos recursos.
OscarWeblogs
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