Con o sin una periodicidad concreta, el dinamismo en la publicación es lo que da lugar a que a la larga se desarrolle, por parte de la autoría que sea, un bagaje lo suficientemente denso como para plantear sus creaciones en el formato comunicacional que practique. La periodicidad, sin embargo, pese a lo complicado que pueda resultar adaptarse a ella, es un modo de agilizar la obtención del mencionado bagaje.
Respecto a la esencia que en la blogosfera suele emanar, de en concreto las redes sociales o microblogs, y que conduce a un conveniente ritmo de publicación diario cabe que, ante la eventual dificultad de seguir tal ritmo diario, consideremos optar por una periodicidad mayor pero de la que tengamos más seguridad en cuanto a poder mantenerla; mejor esto, en cualquier caso, que asimismo no publicar con clara periodicidad diaria y hacerlo esporádicamente, sin un ritmo que permita al público o a los públicos tener la certeza de cuándo ofreceremos el siguiente contenido actualizado. Valoremos, pues, la periodicidad semanal, mensual o aún mayor antes que lo esporádico, y más aún que lo improvisado e impulsivo.
No es razón para preferir lo esporádico a lo de periodicidad semanal, mensual o aún mayor el supuesto temor a que el tiempo de post a post en tales periodicidades haga que decaiga el interés del público o los públicos que tengas. Para mantener ese interés, en lo que ese tiempo entre post y post pasa será una buena práctica que incidas, precisamente en las redes sociales, en las comparticiones, incluso, si lo prefieres, con cierta improvisación y espontaneidad.
OscarWeblogs
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