Hasta cierto punto resulta curioso que los blogs al uso fuesen los pioneros en prestar servicio para bloguear y no las redes sociales. Un sistema sencillo, rápido y comunitario para favorecer el volcado del gran público al ciberespacio tendría que quizá haber surgido primero, mientras que en todo caso el sistema propio de los macroblogs, de cariz customizable y específico para cierta gente con determinado interés, debiera haber aparecido con posterioridad.
Al igual que prácticamente todo proyecto, en sus comienzos es el dudoso acierto en lo que se ofrece aquello que suele marcar tal incipiente desarrollo; cualquier iniciativa va perfeccionándose con el tiempo y, de ahí, llegando a más público tanto si se trata de público generalista o, más bien, especializado. Seguramente, la blogosfera naciese con aquel mismo carácter de dudoso acierto y por eso se pensase por parte de los primigenios impulsores que no iba a suscitar sino un interés limitado, atrayendo sólo a cierto tipo de gente interesada en la informática en general y en el despliegue de lo telemático en particular. Así que, puestos a atraer a unos cuantos, era lógico proporcionarles cuando menos unas amplias herramientas de customización.
Superado el carácter inseguro de la dudosa etapa germinal de la blogosfera al ir cobrando sentido ofrecer facilidades para que mucha más gente tuviese su weblog, adquirieron completa razón de ser las redes sociales o microblogs. Lejos de, sin embargo, y en términos propios de la sociedad de masas, concebir las redes sociales como poco más que destinadas al equivalente a los espectadores y los blogs al uso como poco más que destinados a los actores, resulta pertinente que cualquiera cultive la combinación de micro y macroblogosfera.
OscarWeblogs
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