Antes del texto impreso moderno, cualquier modalidad de texto impreso que hubiese no podía, ni de hecho parece que estuviese contemplado, alcanzar nivel considerable alguno de cierta divulgación. La modernidad que comienza con la imprenta y la suerte de industria que en torno a tal tecnología se configuró permitían que divulgar empezase a ser un fenómeno que marcó un cambio comunicacional decisivo y ahora tiende ya a dar paso a una realidad distinta.
Esta nueva realidad a la que hoy, con Internet y en particular la blogosfera, estamos asistiendo viene tras lo que a toda luz tiene pinta de conformar los últimos coletazos de la época comenzada con la imprenta, que vino a ser una protosociedad de masas y que siguió hasta la, en efecto, sociedad de masas tan reciente aún. He ahí lo que bien podemos consensuar que abarca la Edad Moderna, por lo que el fin del predominio del texto impreso moderno, que coincidiría con la irrupción del uso generalizado de Internet y su hipertextualidad, enlazaría con aquello que denominaríamos posmodernidad. Aquella protosociedad de masas ha supuesto, hasta llegar a la propia sociedad de masas, un firme camino hacia la difusión por tiradas de cuantos más formatos comunicacionales hubiese.
De ese firme transcurrir entre protosociedad y sociedad de masas nacen las unidades de almacenaje y distribución por tiradas en formato gráfico, sonoro y audiovisual. Con lo que apunta a ser, en la actualidad, un tiempo nuevo al que identificar como posmodernidad, tales formas de almacenaje y distribución van erosionándose en pro de la custodia y el acceso en la nube.
OscarWeblogs
No hay comentarios:
Publicar un comentario