Si, entre todas las cualidades humanas, una merece ser destacada especialmente, el espíritu de superación es de las pocas que cabría considerarse, siempre que se trate de una superación respetuosa y sana. Bien puede que desde varias perspectivas pretenda sustentarse en ese mismo espíritu de superación la cada vez mayor hibridación entre humanos y máquinas, pero ¿tiene en verdad este planteamiento sustento?
Para quien las máquinas y, en la misma línea, el proceder algorítmico suponen el sumun del razonamiento es evidente que el ser humano, aun con todo lo que la humanidad ha progresado hasta hoy, resulta muy defectuoso y merece seguir mejorándose; y puesto que por sí misma la natural evolución parece que no va a sustituir humanos por robots, ni siquiera a hibridarlos, tendría que y hasta debería ser, según quienes piensan en la necesidad de priorizar a ultranza lo robótico, el propio ser humano quien haga cuanto a su alcance esté para superarse de tal modo que lo robótico pase como mínimo a predominar en la esencia de todo ser humano. La misma perfección buscada por estas mentalidades las deslegitima si, tal y como me parece, la perfección es no sólo inalcanzable sino indeseable.
Cuidar tu espíritu de superación, si no la mejor, es de las mejores bases en que puedes sustentar tu enfoque de la vida. Que, sin embargo, el objeto final de ello sea la perfección en general y la supuesta perfección algorítmica en particular deviene cuando menos poco recomendable si valoras la parte que, de su naturaleza laberíntica, la mente humana tiene de emotiva y hasta caótica.
OscarWeblogs
No hay comentarios:
Publicar un comentario