De algún modo, el marco civilizacional de tradición ortodoxa, y en particular el gran bloque que Rusia constituye, tiene que dar su propio paso específico a la posmodernidad. Es en este sentido que el entendimiento y la convivencia entre Occidente y Rusia tiene que producirse por la consolidación de los anhelos que la actual disidencia social rusa muestra.
Lejos, pues, de que tengan que ser una imposición occidental, ya que de hecho no debiera ser propia del tan democrático Occidente moderno y posmoderno la imposición, tienen que emanar el entendimiento y la convivencia entre Occidente y Rusia de la propia evolución que la misma sociedad rusa da signos de querer emprender hacia una nueva forma de entender su genuina civilización, igual que en su momento hizo, y en verdad está aún haciendo, Occidente. Tal vez, este histórico paso en Rusia que tendría que englobar una acuciante regeneración política del país pueda, e incluso deba, no denominarse asimismo posmodernidad, aunque venga a ser su equivalente civilizacional.
Requerirá, en cierta manera, de varias posmodernidades la paz en la futura configuración del orden mundial. Un pleno entendimiento entre el conjunto de civilizaciones del planeta seguramente llegará, pues, en buena medida según cada una, sin tener que rechazar de lleno sus respectivas tradiciones civilizacionales, vaya haciendo el correspondiente paso hacia el equivalente a la posmodernidad de Occidente.
OscarWeblogs
No hay comentarios:
Publicar un comentario